Los habitantes del pueblo palestino de Huwara, en Cisjordania, se levantaron hoy horrorizados al descubrir viviendas quemadas y coches calcinados por un ataque de colonos israelíes en represalia por la muerte de dos de ellos en incidentes ocurridos ayer.
En un hecho inusual, las autoridades israelíes llamaron a la calma a los colonos.
Pese a que responsables tanto de Palestina como de Israel se comprometieron ayer a "evitar nuevos actos de violencia", durante una reunión que se llevó a cabo en Jordania, el incidente se produce en plena escalada de tensión.
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Anoche, decenas de colonos israelíes entraron en Huwara, una pequeña localidad del norte de Cisjordania.
Los colonos israelíes lanzaron piedras a las viviendas e incendiaron edificios y decenas de vehículos, constató un periodista de AFP.
Más de 350 palestinos resultaron heridos. La mayoría de ellos sufrían los efectos de la inhalación de gases lacrimógenos, según la Media Luna Roja palestina.
"Quemaron todo lo que encontraron a su paso", relató Kamal Ode, un habitante del pueblo, a la agencia de noticias AFP.
"Le prendieron fuego a más de 20 edificios, incluyendo tiendas y casas. Ni los árboles se salvaron", agregó.
Por el momento no hubo detenciones, declaró un portavoz del ejército que añadió que tuvo que evacuar a decenas de palestinos de sus casas en Huwara amenazadas por los incendios.
Según Wajeh Odeh, del ayuntamiento, más de 100 coches fueron quemados y 30 viviendas fueron igualmente quemadas o resultaron dañadas.
Israel capturó Cisjordania y Jerusalén este en una guerra contra países árabes en 1967, y desde entonces los colonizó, de manera ilegal según la ONU.
Los palestinos reclaman esos territorios para fundar un Estado independiente.
El ataque se produjo horas después de que dos jóvenes colonos israelíes murieran a tiros el domingo, cuando circulaban en coche cerca de Huwara. El Gobierno israelí lo calificó de "acto terrorista palestino".
La misma tarde del domingo, un palestino murió a tiros cuando las fuerzas israelíes y colonos entraron en Zatara, otro pueblo situado cerca de Naplusa, en el norte de Cisjordania.
"Queremos seguridad, pero la responsabilidad de garantizarla depende únicamente del ejército", declaró hoy Esty Yaniv, madre de uno de los colonos muertos.
"Les pido que no hagan justicia por su cuenta, y que dejen a las fuerzas de seguridad cumplir con su misión", declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un video difundido por su oficina.
Su ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó durante una visita a Huwara que "no se puede tolerar esta situación, en la que los ciudadanos hacen justicia por su cuenta".
Francia condenó el ataque de los colonos y tachó de "inaceptable" la "violencia contra civiles palestinos".
El Gobierno alemán dijo a su vez que es "urgente" trabajar para "evitar que la situación, ya de por sí muy tensa, se inflame aún más".
Netanyahu dirige desde diciembre una colación de gobierno integrada por partidos de ultraderecha sionista y nacionalismo ultraortodoxo, y su gabinete cuenta con varios ministros que son colonos en Cisjordania.
Ese gabinete aprobó ayer un proyecto de ley que busca imponer la pena de muerte a palestinos que cometan ataques letales contra israelíes.
El gran impulsor de esta iniciativa, que comenzará a ser debatida por el Parlamento este miércoles, es Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional y líder del partido político de ultraderecha Poder Judío.
Organizaciones israelíes de defensa de los derechos humanos denunciaron un "pogromo" (ataques, saqueos y matanzas de gente indefensa llevados a cabo por una multitud) "apoyado" por el Gobierno israelí, como dijo la ONG "La paz ahora".
El movimiento islamista palestino Hamas, que gobierna la franja de Gaza, pidió combatir "el terrorismo de los colonos".
En tanto, el presidente palestino, Mahmud Abas, acusó a Israel de "amparar los actos terroristas perpetrados por colonos" en esta zona de Cisjordania ocupada.
Desde hace casi un año, el ejército israelí multiplicó en el norte de Cisjordania sus operaciones, presentadas como "antiterroristas".
El miércoles pasado, once palestinos murieron en Naplusa en la incursión militar israelí más sangrienta en Cisjordania desde al menos 2005.
Desde el inicio del año, el conflicto palestino israelí costó la vida a 63 palestinos, incluyendo civiles y miembros de grupos armados, así como a 11 civiles y un policía israelí, y una mujer ucraniana, según un recuento de AFP basado en fuentes oficiales.
Con información de Télam