Enterraron en Pakistán al expresidente Musharraf

07 de febrero, 2023 | 11.55

El expresidente paquistaní Pervez Musharraf, un aliado de Estados Unidos que deja un legado controvertido en su país, fue inhumado hoy en la sureña ciudad de Karachi ante una multitud compuesta principalmente por militares.

El general Musharraf, último dirigente militar de Pakistán, murió el domingo a los 79 años en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde se había instalado desde 2016 para recibir tratamiento médico.

El avión que transportaba sus restos, procedente de Emiratos Árabes Unidos, llegó ayer por la tarde al aeropuerto internacional de la ciudad portuaria de Karachi.

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Horas antes de la inhumación, unas 10.000 personas, sobre todo militares en servicio y retirados, habían participado en una ceremonia sencilla, en un campamento militar de Karachi, informó la agencia de noticias AFP.

El féretro, con la bandera nacional, fue transportado luego a un cementerio militar.

Ni el presidente Arif Alvi, ni el primer ministro Shehbaz Sharif, ni el jefe del Estado Mayor del ejército Asim Munir asistieron al funeral.

Musharraf llegó al poder en 1999 con un golpe de Estado contra Nawaz Sharif, sin derramamiento de sangre.

Se autoproclamó presidente en junio de 2001 y ganó un polémico referéndum presidencial en 2002.

El 20 de junio de 2001 Musharraf se convirtió oficialmente en presidente de Pakistán hasta su renuncia el 18 de agosto de 2008.

Musharraf, percibido inicialmente como un moderado, se consolidó como el principal aliado regional de Estados Unidos en la lucha contra Al Qaeda, la red yihadista que cometió los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas y el Pentágono.

Escapó al menos a tres intentos de asesinato de Al Qaeda y se vio obligado a dimitir ante la amenaza de un proceso de destitución.

Su triunfo en el referendo de 2002 le permitió ejercer un mandato de cinco años como presidente, pero incumplió sus promesas de abandonar la jefatura del Ejército a finales de 2007.

En diciembre de ese año, tras el asesinato de la líder de la oposición Benazir Bhutto y las aplastantes derrotas sufridas por sus aliados en las elecciones de 2008, Musharraf quedó completamente aislado y se vio obligado a renunciar.

El plan de Musharraf de volver al poder en 2013 se truncó cuando fue inhabilitado para presentarse a unas elecciones que ganó Sharif.

En 2019 fue condenado a muerte en rebeldía por traición por haber decretado en 2007 el estado de excepción, sin embargo, un tribunal anuló posteriormente la sentencia.

Durante sus nueve años en el poder, la economía de Pakistán creció, los medios de comunicación se liberalizaron y el Ejército jugó la carta del apaciguamiento frente a su rival India.

La decisión de Pakistán de unirse a la "guerra contra el terrorismo" lanzada por Estados Unidos luego de los atentados del 11-S le generó al país la afluencia de ayuda internacional.

Pero también suspendió dos veces la Constitución y fue acusado de abuso de los derechos humanos contra sus opositores.

Con información de Télam