Ucrania reivindicó el asesinato de un jefe militar ruso, jefe de la Defensa Nuclear, Química y Biológica de Rusia

Se trata del teniente general Igor Kirillov que, al comienzo del conflicto, denunció que Ucrania planeaba la construcción de una “bomba sucia”. Conmoción en Moscú.

17 de diciembre, 2024 | 16.12

Los servicios especiales de Ucrania reivindicaron la autoría del asesinato de Igor Kirillov, cometido con un autobomba en la capital de Rusia. Era teniente general -el jefe de más alto rango asesinado hasta el momento- y estaba al frente de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas. Al comienzo del conflicto armado, acusó a Ucrania de querer desarrollar una “bomba sucia” -una suerte de dispositivo convencional con materiales radiactivos, diseñado para contaminar grandes áreas-. Estaba acusado por las autoridades ucranianas de usar armas químicas en ese territorio.

"Era un criminal de guerra y un objetivo totalmente legítimo", dijeron fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) citadas por las agencias ucranianas de noticias Ukrinform y UNIAN. Desde allí informaron que se trató de una operación especial llevada a cabo por el organismo.

Según ellos, Kirillov "dio orden para usar armas químicas prohibidas contra el Ejército ucraniano" y destacaron que "un final así de ignominioso es lo que les espera a todos los que matan ucranianos".

"El castigo por los crímenes de guerra es inevitable", apuntaron.

Inicio de una investigación penal en Rusia

La portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, informó que junto con Kirillov falleció también un asesor suyo. Además, dieron a conocer que el hecho está siendo investigado como parte de los artículos 105, 205 y 222 del Código Penal de Rusia, que abordan los casos de asesinato, terrorismo y tráfico ilegal de armas y municiones.

Por su parte, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova, dijo a través de comunicado que Kirillov "expuso de forma sistemática y durante muchos años los crímenes de los anglosajones, con los hechos en la mano". Entre ellos, citó: "Provocaciones de la OTAN con armas químicas en Siria, las manipulaciones de Reino Unido con sustancias químicas prohibidas y provocaciones en Salisbury y Amesbury, las actividades mortales de laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania y mucho más".

Esto último se refiere a la supuesta creación de la conocida como “bomba sucia”. Hace dos años el teniente general dijo que "dos organizaciones de Ucrania tienen instrucciones específicas para crear la llamada 'bomba sucia'. Este trabajo se encuentra en su fase final".

Sus afirmaciones fueron rechazadas por los países occidentales por ser "transparentemente falsas". Pero las afirmaciones de Kirillov llevaron al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, a advertir que si Rusia sugería que Kiev estaba preparando ese tipo de arma, sólo significaba una cosa: que Rusia ya la estaba preparando.

Kirillov retomó sus acusaciones sobre las supuestas bombas sucias el verano pasado, en esa ocasión alegó el descubrimiento de un laboratorio de armas químicas cerca de Avdiivka, ciudad del este de Ucrania capturada por los rusos el pasado mes de febrero. Según él, Kiev estaba violando la Convención Internacional sobre Armas Químicas con diversas sustancias y con la ayuda de países occidentales, entre ellas el agente de guerra psicoquímica BZ, así como ácido cianhídrico y cloruro de cianógeno.

"Trabajó sin miedo. No se escondió detrás de las espaldas de otros. Caminó con la vista alta, por la patria y por la verdad", dijo la canciller Zajarova, sin que por ahora haya reclamación de la autoría del ataque contra Kirillov, en el que se habrían usado 300 gramos de "un equivalente al TNT", según fuentes de seguridad citadas por la agencia rusa de noticias TASS.

Kirillov, nació en 1970, se graduó en la Academia Militar de Defensa Radiológica, Química y Biológica y en 2009 entró a formar parte de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica, unidad que pasaría a encabezar en abril de 2017. Estas tropas están encargadas de la lucha contra los efectos de las armas nucleares, radiológicas, biológicas y químicas, conocidas en general como armas de destrucción masiva, y también de las operaciones de seguridad civil en caso de accidente nuclear, bacteriológico, químico o medioambiental.