El Gobierno de Finlandia propuso este jueves asignar en el presupuesto de 2023 unos 139 millones de euros para la construcción de una valla en la frontera con Rusia, la más extensa entre todos los países de la Unión Europea (UE), tras el acuerdo que logró el mes pasado con el apoyo de todos los partidos, en medio de un aumento de la inmigración rusa tras la invasión de ese país a Ucrania.
"El Gobierno propone asignar al Servicio de Fronteras 139 millones de euros para la construcción del primer tramo de un muro en la frontera oriental (rusa)", señala un comunicado del Ejecutivo finés acerca del proyecto para la construcción de una valla con Rusia, con quien comparte 1.300 kilómetros de frontera, que deberá ser aprobado por el Parlamento.
"La Guardia de Fronteras cree que la valla, que se edificará en las partes críticas (...), aumentará considerablemente la seguridad de la frontera, especialmente si se intenta utilizar la inmigración a gran escala para ejercer presión sobre Finlandia", destacó la ministra del Interior, Krista Mikkonen.
Según el plan, la valla debe cubrir aproximadamente el 15 por ciento de la frontera con Rusia, unos 200 kilómetros, y se construirá en los lugares más importantes para el control fronterizo, informó la agencia Sputnik. Debido a la guerra de casi nueve meses en Ucrania, los líderes europeos han comenzado a endurecer sus fronteras.
Finlandia cerró en septiembre su frontera a los turistas rusos y se convirtió en el último país de la UE, vecino de Rusia, que bloquea el paso a su territorio. Polonia, Estonia, Letonia y Lituania hicieron lo propio a principios de ese mes.
"Se trata de poder asegurarnos de que la frontera está bien vigilada y de ser capaces de anticiparnos a lo que pueda ocurrir en ella", afirmó a la entonces a la prensa la primera ministra finesa, Sanna Marin.
El Kremlin ha advertido reiteradamente a Helsinki de que su ingreso en la Alianza Atlántica tendrá graves consecuencias, por lo que el Gobierno finés teme que Rusia pueda orquestar una crisis migratoria similar a la que tuvo lugar en la frontera entre Polonia y Bielorrusia a finales de 2021.
La decisión del Gobierno finés respondió al creciente número de llegadas tras la "movilización parcial" de reservistas decretada por el Kremlin para reforzar su frente en Ucrania. La orden anunciada por el presidente ruso Vladimir Putin, "tuvo un impacto significativo" en la decisión de cerrar las fronteras. Los referendos "ilegales" de anexión en el este de Ucrania y el presunto sabotaje de los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico, "aumentaron las preocupaciones", dijeron desde Helsinki.
Con información de Télam