El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por más de 675 millones de dólares, según anunció este jueves el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. Además, destacó los "avances" que ha tenido en los últimos días la contraofensiva ucraniana en el este y sur del país, en zonas conquistadas por los invasores rusos. Paralelamente, el jefe del Departamento de Estado, Antony Blinken, hizo una visita sorpresa a Kiev.
El nuevo paquete de ayuda incluye 675 millones de dólares en armas, municiones y suministros, más 1.000 millones de dólares en créditos a largo plazo para que el país al mando de Volodimir Zelensky compre más equipos estadounidenses, y otros 1.000 millones en créditos para los países vecinos que se sientan amenazados por Rusia.
Mientras tanto, en su segundo viaje a Kiev desde que Rusia inició la invasión de Ucrania, el 24 de febrero, Blinken se reunió con el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, y empezó su viaje acudiendo a un hospital infantil. En esta ocasión, llegó con una canasta llena de peluches: "El espíritu de sus niños envía un mensaje muy fuerte al mundo", declaró.
Zelenski, por su parte, afirmó que el ejército había reconquistado varias localidades tomadas por las tropas rusas en la región de Jarkov, en el noreste del país. Las fuerzas ucranianas lanzaron también hace una semana una contraofensiva en el sur del país, también celebrada en esta jornada por Austin en una nueva ronda de conversaciones con sus socios en la base de Ramstein, en Alemania, reportaron las agencias Sputnik, Europa Press y AFP.
Al respecto, las Fuerzas Armadas de Ucrania afirmaron haber matado a más de 600 militares rusos en el marco de los combates registrados en el último día. Del 24 de febrero al 19 de agosto Estados Unidos gastó más de 9.900 millones de dólares en asistencia a la seguridad de Ucrania, según el Departamento de Estado.
Austin celebró que el apoyo militar de los aliados occidentales a Ucrania "está dando fruto en el campo de batalla" y afirmó que hay un “éxito demostrable” de los esfuerzos que hacen de manera compartida que se puede ver en el campo de batalla.
"La guerra está en un momento clave", atizó Austin. En esa línea, reclamó al grupo de contacto "posicionarse para apoyar a los valientes defensores ucranianos, lo que significa continuar de forma determinada con el flujo de capacidades" a largo plazo.
Rusia advirtió en reiteradas ocasiones que los países de la OTAN están "jugando con fuego" al suministrar armas a Kiev, y que los contingentes extranjeros con armas serían "objetivo legítimo" para su ejército en cuanto crucen la frontera e ingresen al territorio ucraniano. En tanto, el Estado Mayor del Ejército de Ucrania confirmó en un mensaje emitido a través de su cuenta de Facebook que durante las últimas 24 horas murieron 640 militares rusos, y elevó el total de fallecidos entre las filas rusas a 51.250, balance que jamás fue confirmado a lo largo de todo el conflicto bélico por las autoridades de Rusia.
En resumen, el ejército ucraniano afirmó este jueves haber recuperado localidades en manos rusas en la región de Jarkov (noreste), en Donbass (este) y en el sur de Ucrania, en una contraofensiva contra las fuerzas de Moscú.
En la región de Jarkov, las tropas ucranianas "penetraron 50 kilómetros más allá de las líneas enemigas" y liberaron a "más de 20 localidades", aseguró en una rueda de prensa Oleksiy Gromov, un alto funcionario del Estado Mayor ucraniano. Las fuerzas de Kiev también "liberaron varias localidades" en el sur y avanzaron en las zonas de Kramatorsk y Sloviansk, situadas en el Donbass, según la misma fuente.
La guerra iniciada el 24 de febrero pasado tuvo en los últimos días repercusiones económicas que despertaron todas las alertas en Europa, cuando el sábado último Rusia comunicó que no podría enviar gas a causa de averías en el gasoducto Nord Stream, lo que originó una batalla dialéctica ya que los aliados de Ucrania acusaron al gobierno de Vladimir Putin de usar la energía como un "arma", mientras el Kremlin aseguró que las soluciones técnicas se lograrían si Occidente levanta las sanciones que le aplicó por la invasión al país vecino.
Otro de los escenarios principales que exhibió la guerra fue la situación de la planta nuclear ucraniana de Zaporiyia, controlada por Rusia desde marzo y blanco de bombardeos que podrían desatar un desastre en la zona, y de los que ucranianos y rusos se acusan mutuamente. Una comisión especial decidirá este jueves el futuro régimen de trabajo de la planta luego de la reparación de las líneas eléctricas, comunicó el jefe de administración de la ciudad de Energodar, Alexandr Volga. Es que, causa de los ataques denunciados el miércoles la ciudad se quedó sin electricidad.
El jefe de la administración prorrusa de la región, Evgueni Balitski, no descartó la plena paralización del trabajo de la central por los bombardeos continuos que adjudicó a las fuerzas armadas ucranianas.
La situación de la central nuclear, la más grande de Europa, fue especialmente abordada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA, dependiente de la ONU), que dirige el argentino Rafael Grossi. El OIEA publicó anteayer el documento en el que reclamó el fin de inmediato de los bombardeos del sitio y sus alrededores, para evitar daños adicionales a la central y sus instalaciones asociadas, para garantizar la seguridad del personal operativo y para mantener su integridad física, garantizando un funcionamiento seguro y confiable.
Con información de Télam.