Esta semana hubo dos hechos muy significativos. Uno tuvo lugar en el Océano Indico, en las aguas cercanas al importante puerto iraní de Chabahar. Desde el 11 hasta el 15, las Armadas china, rusa e iraní realizaron ejercicios navales conjuntos para garantizar “la libre navegación y la seguridad regional; promover la cooperación multilateral; demostrar las capacidades de los participantes de proteger la paz mundial y fomentar una comunidad marítima con un destino común”: todo un mensaje para quienes aún sueñan con un mundo unipolar donde manda Occidente.
El otro acontecimiento de enorme peso geopolítico sucedió el pasado viernes 14 en la capital china. En un encuentro trilateral, Beijing y Moscú dieron un fuerte apoyo a Teherán, no sólo solicitando a la Casa Blanca que retire todas “las sanciones ilegales contra Irán” sino también posicionándose con firmeza a favor de una salida diplomática en el tema nuclear. Esto sucede una semana después de que el presidente Donald Trump (con el garrote en una mano y la zanahoria en la otra) sugiriera que si no hay acuerdo por las buenas en ese tema, él podría enviar tropas.
El acuerdo que quiere revivir Trump
En 2015, en Viena, la República Islámica y el Grupo 5+1, es decir los cancilleres de Reino Unido, China, Francia, Rusia y EEUU (los cinco del Consejo de Seguridad de la ONU) más Alemania firmaron un acuerdo (el Pacto de Acción Integral Conjunto, PAIC) por el que los iraníes se comprometían a reducir sus reservas de uranio enriquecido (cosa que cumplieron) a cambio de que le levantaran las sanciones.Trump, en su primer mandato, deshizo arbitraria y unilateralmente el compromiso argumentando que se trataba del “peor acuerdo en la historia de EEUU”.
Ahora quiere revivirlo. El viernes 7 de marzo, el estadounidense envió una carta al líder supremo iraní, Alí Jamenei, presionándolo para retomar el pacto. Más tarde, al comentar su carta con periodistas en la Oficina Oval, Trump advirtió: “Es un momento interesante en la historia del mundo. Pero tenemos una situación con Irán en la que algo va a suceder muy, muy pronto. Con suerte, podremos llegar a un acuerdo de paz. (…) prefiero un acuerdo de paz que lo otro. No podemos dejar que tengan un arma nuclear.”
La postura de Irán
Irán reaccionó a la prepotencia estadounidense. Amir Said Iravani, representante ante la ONU afirmó que no cederán “ante amenazas ni aceptarán imposiciones de ningún tipo. Las relaciones internacionales deben basarse en el principio del respeto mutuo y no en el chantaje”. Y el canciller Abbas Araghchi adelantó: “No negociamos bajo la llamada ‘presión máxima’. Nuestra estrategia será una resistencia máxima”.
“La República Islámica no es el misma de años atrás”, opinó Sebastián Salgado, analista internacional especializado en el tema. “Es un país muy diferente al Irán del primer período de Trump. La etapa en la que le tocaba negociar solo se acabó. Ahora es un jugador intermedio, integrante de los BRICS, con aliados como China y Rusia.”
El acercamiento con China y Rusia
En 2021, el gobierno islámico firmó con China un acuerdo de cooperación estratégica por 25 años y, hace dos meses, en enero de este año, pactó con Rusia un tratado de asociación estratégica que abarca tanto el comercio y la ciencia como la cooperación militar. “En los dos convenios -especificó Salgado- se establece que ninguno de los países va a reconocer las sanciones de Occidente sobre el otro”.
“Es más, en las últimas conversaciones con Trump, el mandatario ruso, Vladimir Putin, dejó claro que, cuando llegue el momento del encuentro presidencial, el tema Irán va a quedar afuera. Rusia no acepta ningún planteo político en ese punto porque considera que la República Islámica no es tema de conversación en un contexto de acuerdo de paz relacionado con Ucrania”.
En el momento geopolítico actual, ni Beijing, ni Moscú ni Teherán permitirán que uno del grupo sea desestabilizado por Washington. Y Trump lo sabe. Salgado señaló que la retórica del norteamericano ya no es tan fuertemente acusatoria como en el pasado. No ve débil a Irán. Así como cambió la estrategia con los rusos, también podría hacerlo con los iraníes. Nadie confía en EEUU y menos en Trump. Entonces, tres países de los BRICS se juntan a trabajar juntos, hacen ejercicios navales conjuntos y sientan su posición en relación al programa nuclear iraní.
El documento firmado en Beijing el viernes es contundente: “El diálogo político y diplomático siguen siendo la única opción viable y práctica, para la cuestión nuclear iraní”. El mensaje a Trump fue claro: no hay lugar para el uso de la fuerza ni para las sanciones ilegales.
Ejercicios navales
También las maniobras conjuntas llevadas a cabo entre los tres países en el Océano Indico insinuaban un esfuerzo a favor de Teherán. Las operaciones principales simulaban el rescate de buques comerciales supuestamente secuestrados cerca de Irán. Las zonas elegidas fueron próximas al puerto iraní de Chabahar y del estratégico Golfo de Omán, una ruta clave entre el Estrecho de Ormuz y el Océano Indico.
Chabahar será crucial en el vínculo con el futuro Corredor de Transporte Internacional Norte Sur, un proyecto que busca conectar el Océano Indico con el Mar Báltico abriendo nuevas rutas de acceso internacionales para las potencias de Asia. En cuanto al Estrecho de Ormuz es uno de los siete puntos (choke points o puntos inevitables) para el comercio internacional y las cadenas de suministro. Por su ubicación Irán tiene la capacidad de estrangular el movimiento de barcos a través de ese estrecho. Por allí pasa el 20% de la producción mundial de petróleo.
“Irán tiene, además, un ejército muy poderoso, preparado para la defensa. Posee también un sistema de desarrollo misilístico muy bueno; es uno de los principales fabricantes de drones armados de la región y tiene una fuerza naval relativamente importante”, señaló Salgado quien reporta como corresponsal de Hispan TV en Argentina.
En lo relacionado a su programa nuclear, según el informe 2024 del Organismo Internacional de Energía Atómica, su producción de uranio enriquecido ha aumentado significativamente superando el 60% y cercano al nivel necesario para fabricar bombas nucleares, armas que ya poseen varios países en la región como India y Pakistán, además de Israel.