Brasil vive horas de esperanza. El expresidente Lula Da Silva recibió un fuerte respaldo de la Justicia, luego de que el ministro Edson Fachin le otorgara un habeas corpus para declarar la incompetencia del Juzgado Federal de Curitiba N° 13 que trataba cuatro casos que lo involucran. Las causas le impedían a Lula presentarse como candidato a la presidencia.
La decisión de Fachin declaró la nulidad de todos los actos y tomas de decisiones del tribunal, incluyendo las denuncias recibidas contra Lula. De esa manera, el expresidente recuperó sus derechos políticos y podría competir por la presidencia en 2022, contra Jair Bolsonaro.
Las causas armadas contra Lula fueron la máxima demostración del lawfare que también impera en la Justicia brasileña. Mediante denuncias armadas y sin pruebas contundentes, Lula fue condenado en primera y segunda instancia en el caso conocido como "el triplex de Guarujá", donde se acusaba al exmandatario de haberlo recibido como soborno, aunque insistió en varias oportunidades que no tenía nada que ver con el inmueble.
En 2016, el Lula Da Silva fue entrevistado por Roberto Navarro, director de El Destape, y desarmó todas las operaciones judiciales en su contra. El exmandatario se refirió al armado de un "guión" en su contra para continuar con el avasallamiento de las decisiones democráticas del pueblo que comenzó con la destitución de Dilma Rousseff.
Por la condena, Lula pasó 580 días preso, hasta noviembre de 2019. Debido a una decisión del Supremo Tribunal Federal, los condenados en segunda instancia fueron excarcelados y el expresidente obtuvo el derecho de esperar en libertad el agotamiento de todas las instancias y recursos judiciales.