Es posible acabar con el brote de viruela símica en Burundi en cuestión de semanas, dijo el viernes un responsable de salud de la ONU, pero el progreso en el segundo país más afectado de África dependerá de la obtención de recursos adecuados y de la lucha contra el estigma asociado a la enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud dijo en agosto que el reciente brote de la enfermedad, conocida por causar ampollas llenas de pus, era una emergencia después de que se identificara una nueva variante.
Burundi ha notificado casi 600 casos, sólo superado por la República Democrática del Congo, pero los brotes se circunscriben a una zona limitada y no se han registrado muertes.
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Paul Ngwakum, Asesor Regional de Salud para África Oriental y Meridional de la agencia de la ONU para la infancia (UNICEF), afirmó que era posible acabar con el brote en cuestión de semanas.
"Podemos limitar la propagación, contener el virus y, potencialmente, acabar con el brote sin que se pierdan vidas", dijo a la prensa por videoconferencia desde Bujumbura. "Creo que, si disponemos de todos los recursos (...), podremos detenerlo muy rápidamente".
Uno de los factores será la capacidad de luchar contra el estigma mediante la concienciación sobre la enfermedad, dijo Ngwakum, haciendo un llamamiento a la necesidad de "disipar los mitos, y calmar los temores".
"Da miedo... Si la gente tiene miedo y no quiere salir a la luz, llevará mucho tiempo", añadió.
UNICEF está solicitando casi 60 millones de dólares para Burundi y otros cinco países.
Alrededor de dos tercios de los infectados hasta ahora en Burundi son niños, dijo Ngwakum, y UNICEF está trabajando para reactivar los planes de aprendizaje a distancia de la era COVID-19 para que los niños puedan seguir aprendiendo desde el hospital o el hogar mientras están aislados.
La viruela símica es una infección vírica que provoca síntomas parecidos a los de la gripe y ampollas, y que, aunque suele ser leve, puede ser mortal, especialmente si las personas están lidiando con otra enfermedad o están desnutridas. En el vecino Congo, asolado por el conflicto, más de 700 personas han muerto entre los 21.835 casos sospechosos de la enfermedad, según datos de la OMS.
Hasta el momento, 15 países africanos han notificado casos, y los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades advirtieron el jueves de que el brote aún no está controlado.
Con información de Reuters