Las fábricas de los mayores multimillonarios de Rusia alimentan la maquinaria bélica rusa

30 de diciembre, 2024 | 07.40

Las fábricas de productos químicos fundadas por o propiedad de algunos de los hombres más ricos de Rusia están suministrando ingredientes a plantas que fabrican explosivos utilizados por el ejército de Moscú en la guerra de Ucrania, según muestra un análisis de datos ferroviarios y financieros.

Reuters identificó cinco empresas químicas, participadas por cinco multimillonarios sancionados por Occidente, que han suministrado más del 75% de los productos químicos esenciales enviados por ferrocarril a algunas de las mayores fábricas de explosivos de Rusia desde el inicio de la guerra hasta septiembre de este año, según los datos ferroviarios.

El análisis de la agencia de noticias muestra por primera vez hasta qué punto las fábricas que forman parte de la maquinaria bélica rusa dependen de estos hombres y sus empresas.

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Entre los multimillonarios figuran Roman Abramóvich, antiguo propietario del Chelsea Football Club, y Vagit Alekperov, que en abril fue clasificado por Forbes como el hombre más rico de Rusia, con una fortuna estimada en 28.600 millones de dólares.

Abramóvich y Alekperov no respondieron a las solicitudes de comentarios enviadas a través de sus empresas o abogados. Evraz, que cotiza en la bolsa de Londres y en la que Abramóvich tiene una participación del 28%, dijo que suministraba los productos químicos "solo para uso civil". Lukoil, refinería participada por Alekperov, dijo que "no fabrica explosivos ni componentes relacionados".

Anna Nagurney, profesora de la Universidad de Massachusetts que estudia de cerca las redes de la cadena de suministro relacionadas con la guerra entre Ucrania y Rusia y revisó los hallazgos de Reuters, dijo que las cinco empresas estaban ayudando a Moscú no solo proporcionando ingredientes químicos esenciales para municiones, sino también ganando divisas muy necesarias de las exportaciones de productos civiles, incluidos los fertilizantes.

"Estas empresas químicas pueden estar operando como civiles, pero están sosteniendo el esfuerzo de guerra", dijo Nagurney.

Para determinar de dónde recibían sus suministros las principales fábricas de municiones rusas, Reuters analizó el movimiento de más de 600.000 envíos ferroviarios que transportaban los productos químicos necesarios para fabricar explosivos entre las fechas de la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, y septiembre de 2024.

Los datos ferroviarios de dos bases de datos comerciales de Rusia fueron suministrados a Reuters por el Open Source Centre, una ONG con sede en Reino Unido dedicada a recopilar información de inteligencia disponible públicamente y vigilar posibles violaciones de sanciones. En ellos se detallaba el tipo de carga de cada vagón de ferrocarril, el peso, el origen y el destino y los nombres de la empresa que enviaba la mercancía y la que la recibía.

Reuters cotejó los datos de las dos bases de datos para confirmar su exactitud. Sin embargo, la agencia de noticias no pudo confirmar si los datos incluían todos los envíos por ferrocarril a las fábricas de explosivos, ni en qué medida las plantas recibían entregas por carretera.

Los datos mostraron que las empresas de los multimillonarios suministraron ingredientes vitales a cinco fábricas de explosivos y pólvora en Rusia que están sujetas a sanciones occidentales. Las plantas son filiales del gigantesco fabricante estatal ruso de armas y automóviles Rostec.

Utilizando facturas fiscales filtradas que cubren parte de 2023, Reuters también pudo verificar que cuatro de las empresas químicas eran proveedoras de cuatro de los fabricantes de explosivos.

Ni el Kremlin, ni el Ministerio de Defensa, ni Rostec respondieron a las preguntas de Reuters sobre el papel de las empresas civiles en el suministro a la industria rusa de municiones.

Antes de la guerra, todas las fábricas de explosivos, como parte de los esfuerzos de diversificación, también fabricaban explosivos o pólvora para uso civil. Reuters no pudo determinar si tales ventas civiles continúan y si los productos químicos suministrados podrían estar destinados a uso civil.

Thomas Klapotke, profesor de Energética de la Universidad de Múnich, que ayudó a Reuters a analizar los datos, dijo que, aunque todas las materias primas tenían muchos usos potenciales, la combinación de vagones cargados de productos químicos específicos necesarios para la fabricación de explosivos que llegaban a plantas concretas proporcionaba "motivos de alarma".

El análisis aporta nuevas pruebas de que la estrategia de Occidente de imponer sanciones a Rusia como castigo por su invasión de Ucrania no ha logrado frenar su producción militar, según varios expertos entrevistados por Reuters.

Mientras que los propios multimillonarios están sometidos a sanciones occidentales, las empresas químicas implicadas se han librado en gran medida de importantes sanciones económicas o de la prohibición de importar productos críticos de Estados Unidos o la Unión Europea.

La mayor parte de la producción de estas plantas químicas son productos civiles, como fertilizantes, fundamentales para la agricultura. Las antiguas políticas occidentales eximen a los alimentos de las sanciones para evitar hambrunas y represalias diplomáticas por parte de los países en desarrollo.

Peter Harrell, un ex alto cargo de la Casa Blanca que trabajó en las sanciones a Rusia durante el primer año de la guerra y ahora es académico en la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, dijo que tal vez es hora de revisar esas decisiones de 2022, ahora que los países que una vez dependieron de Ucrania y Rusia para el trigo y los fertilizantes han tenido tiempo para encontrar fuentes alternativas.

"Potencialmente, el cálculo pesaría hacia la imposición de sanciones a estas empresas hoy", dijo Harrell, comentando los hallazgos de Reuters.

Sin embargo, Manish N. Raizada, profesor de agricultura de la Universidad de Guelph en Canadá, advirtió de que imponer sanciones a las empresas químicas rusas podría poner en peligro a cientos de millones de pequeños agricultores, a cambio de un impacto económico menor en Rusia.

Portavoces del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que coordina las sanciones de Washington, y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo declinaron hacer comentarios sobre los hallazgos de Reuters.

Un portavoz de la Comisión Europea, en respuesta a las preguntas sobre las empresas químicas, dijo: "Estamos explorando activamente las posibilidades de adoptar medidas adicionales para intensificar la presión y salvar las lagunas de forma que se eviten implicaciones negativas para la seguridad alimentaria".

El portavoz subrayó que cualquier acción solo se produciría tras un análisis cuidadoso de la eficacia de cualquier medida y de su impacto en las empresas europeas. No obstante, señaló que las sanciones de la UE ya se aplicarían a las empresas, aunque no estuvieran específicamente designadas, si estuvieran controladas o fueran propiedad de una persona sancionada.

(Información adicional de Tom Balmforth en Kiev y Christian Lowe en Londres; edición de Daniel Flynn; edición en español de Jorge Ollero Castela)