Miles de mujeres se manifestaron el lunes en la ciudad de Qamishli, en el noreste de Siria, para exigir a los nuevos gobernantes islamistas de Damasco que respeten los derechos de las mujeres y condenar las campañas militares respaldadas por Turquía en las regiones kurdas del norte.
Muchas de las manifestantes ondeaban la bandera verde de las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ), filial de la milicia kurda Unidades de Protección del Pueblo (YPG) que Turquía considera una amenaza para la seguridad nacional y quiere disolver inmediatamente.
"Exigimos los derechos de las mujeres al nuevo Estado (...) y las mujeres no deben quedar excluidas de los derechos en este sistema", declaró Sawsan Hussein, activista por los derechos de las mujeres.
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"Estamos (también) condenando los ataques de la ocupación turca contra la ciudad de Kobani".
Los grupos kurdos han disfrutado de autonomía en gran parte del norte desde que comenzó la guerra civil de Siria en 2011. La milicia kurda YPG, que lidera el grupo armado Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) respaldado por Estados Unidos, es una fuerza importante en la zona.
Pero el equilibrio de poder en Siria se ha alejado de estos grupos desde que el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) irrumpió en Damasco y derrocó a Bashar al-Asad hace dos semanas, estableciendo una nueva administración amistosa con Ankara.
Los grupos kurdos dominantes en Siria abrazan una ideología que hace hincapié en el socialismo y el feminismo, en contraste con las opiniones islamistas suníes conservadoras de HTS, antigua filial de Al Qaeda.
Turquía considera al YPG una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva librando una insurgencia contra el Estado turco desde 1984 y es considerado un grupo terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.
Las hostilidades entre las Fuerzas de Autodefensa y el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, se han intensificado desde el derrocamiento de Asad, y las Fuerzas de Autodefensa han sido expulsadas de la ciudad septentrional de Manbij.
Los líderes kurdos sirios han advertido de que las fuerzas turcas se están movilizando para una ofensiva contra la ciudad de Kobani, controlada por las Fuerzas de Autodefensa, en la frontera turca, también conocida como Ayn al-Arab.
Existe un temor generalizado entre los sirios de que la nueva administración de Damasco se incline hacia un gobierno islamista de línea dura, marginando a las minorías y a las mujeres de la vida pública.
Obaida Arnout, portavoz del gobierno de transición sirio, declaró la semana pasada que la "naturaleza biológica y fisiológica" de las mujeres las incapacitaba para desempeñar determinados cargos gubernamentales.
Hemrin Ali, funcionario de la administración dirigida por los kurdos del noreste de Siria, declaró a Reuters en la concentración del lunes: "Sí al apoyo al YPJ. Sí a preservar los derechos y las conquistas de la revolución de las mujeres en el norte y el este de Siria".
(Reportaje de Orhan Qereman en Qamishli; Editado en español por Juana Casas)