El gobernante de facto de Siria, Ahmed al Sharaa, recibió el domingo al líder druso libanés Walid Jumblatt en un nuevo esfuerzo por asegurar a las minorías que estarán protegidas tras el derrocamiento de Bashar al Asad por los rebeldes islamistas hace dos semanas.
Sharaa afirmó que ninguna secta quedará excluida en Siria, en lo que describió como "una nueva era alejada del sectarismo".
Sharaa dirige el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), el principal grupo que forzó la salida de Asad el 8 de diciembre. A algunos sirios y potencias extranjeras les preocupa que pueda imponer un gobierno islámico estricto en un país con numerosos grupos minoritarios como drusos, kurdos, cristianos y alauíes.
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"Estamos orgullosos de nuestra cultura, nuestra religión y nuestro islam. Formar parte del entorno islámico no significa la exclusión de otras sectas. Al contrario, es nuestro deber protegerlas", declaró durante la reunión con Jumblatt, en declaraciones difundidas por la cadena libanesa Al Jadeed.
Jumblatt, veterano político y destacado dirigente druso, afirmó en la reunión que la destitución de Asad debería dar paso a nuevas relaciones constructivas entre Líbano y Siria. Los drusos son una minoría árabe que practica una rama del Islam.
Sharaa, vestido con traje y corbata en lugar del uniforme militar que usó en sus días de rebelde, también dijo que enviará una delegación del gobierno a la ciudad drusa de Sweida, en el suroeste del país, comprometiéndose a proporcionar servicios a su comunidad y destacando la "rica diversidad de sectas" de Siria.
Para disipar las preocupaciones sobre el futuro de Siria, Sharaa ha recibido a numerosos visitantes extranjeros en los últimos días y ha prometido dar prioridad a la reconstrucción de Siria, devastada por 13 años de guerra civil.
Con información de Reuters