El FBI ha estado investigando a un antiguo consultor de Exxon Mobil por su presunto papel en una operación de pirateo y filtración que apuntó a cientos de los mayores críticos de la petrolera, según tres personas familiarizadas con el asunto.
En la operación participaron piratas informáticos mercenarios que lograron violar las cuentas de correo electrónico de activistas medioambientales y otras personas, dijeron las fuentes a Reuters.
El esquema supuestamente comenzó a finales de 2015, cuando las autoridades estadounidenses sostienen que los nombres de los objetivos del pirateo fueron recopilados por DCI Group, una empresa de asuntos públicos y grupos de presión que trabajaba para Exxon en ese momento, dijo una de las fuentes.
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DCI proporcionó los nombres a un detective privado israelí, que luego subcontrató el pirateo, según la fuente.
En un esfuerzo por hacer creer que Exxon era objeto de una venganza política destinada a destruir su negocio, parte del material robado fue posteriormente filtrado a los medios de comunicación por DCI, determinó Reuters. La Oficina Federal de Investigación (FBI) descubrió que DCI compartió la información con Exxon antes de filtrarla, dijo la fuente.
Algunos activistas medioambientales entrevistados por Reuters dijeron que la operación de pirateo interrumpió los preparativos de las demandas de ciudades y fiscales generales estatales contra Exxon y otras empresas energéticas.
Las acciones se inspiran en las interpuestas contra la industria tabaquera a mediados de la década de 1990, que desembocaron en un acuerdo histórico y en amplias restricciones a la venta de cigarrillos.
El material robado sigue usándose hoy en día para contrarrestar los litigios que alegan que el gigante petrolero engañó al público y a sus inversores sobre los riesgos del cambio climático.
En abril, un grupo comercial de la industria que ha recibido financiación de Exxon citó uno de los documentos pirateados -un memorando interno en el que se esbozaba la estrategia de litigio propuesta por los ecologistas- en un intento de conseguir que la Corte Suprema anule una demanda presentada por la ciudad de Honolulu contra Exxon y otras empresas energéticas. El caso está pendiente.
El grupo, la Asociación Nacional de Fabricantes, dijo que no tenía conocimiento de la acusación de que el material había sido pirateado "y considerará si deja de utilizarlo en futuros escritos".
Exxon y DCI dejaron de trabajar juntas en torno a 2020, según dos personas familiarizadas con el asunto.
En un comunicado, Exxon dijo que "no ha estado involucrada ni tiene conocimiento de ninguna actividad de piratería informática", calificando las acusaciones de lo contrario de "teorías de la conspiración." Reuters no pudo determinar si la propia Exxon también ha sido objeto de la investigación del FBI.
DCI dijo: "Ordenamos a todos nuestros empleados y consultores que cumplan la ley".
Con información de Reuters