La decisión británica de suspender algunas ventas de armas a Israel fue objeto de airadas críticas el martes. Algunos políticos británicos y grupos judíos acusaron al Gobierno laborista de abandonar a Israel, mientras que otros afirmaron que la decisión no iba lo suficientemente lejos.
La reacción a la decisión del gobierno de bloquear 30 de sus 350 licencias de exportación de armas pone de relieve la intensidad del malestar en la opinión pública británica por la campaña militar israelí contra el grupo islamista Hamás en el territorio palestino de Gaza. También muestra la dificultad del primer ministro Keir Starmer para reducir las tensiones en Reino Unido entre grupos proisraelíes y propalestinos.
Su ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, declaró que la medida de limitar las licencias que Reino Unido concede para la exportación de armas a Israel se debía a que existía el riesgo de que ese material pudiera utilizarse para cometer graves violaciones del derecho internacional humanitario.
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Sin embargo, el rabino jefe de Reino Unido y grupos judíos británicos afirmaron que la medida alentaría a los enemigos de Israel en la región. Los opositores a la guerra de Gaza también criticaron la medida, afirmando que un resquicio legal permitiría a Reino Unido seguir suministrando a Israel piezas para los aviones de combate F-35.
Simon Diggins, que sirvió en el ejército británico y fue agregado de Defensa en Afganistán, dijo que el Gobierno estaba tratando de enviar a Israel "un modesto mensaje político" sobre la forma en que ve la forma en que se estaba llevando a cabo la guerra en Gaza.
"El problema es que corre el riesgo de molestar a todo el mundo y de no apaciguar a nadie, y eso siempre es un problema para un Gobierno", afirmó.
Aunque Reino Unido es un exportador de armas a Israel menor que Estados Unidos y Alemania, la decisión fue vista por algunos analistas como una señal del creciente aislamiento diplomático de Israel.
MOVIMIENTO LIMITADO
Reino Unido anunció el lunes que bloquearía 30 licencias para una serie de artículos, entre ellos componentes utilizados en aviones militares, helicópteros y aviones no tripulados, tras una revisión gubernamental que detectó posibles infracciones del derecho internacional humanitario por parte de Israel.
Algunos políticos británicos y grupos de derechos humanos afirmaron que las nuevas restricciones eran demasiado limitadas y que el Gobierno debería aplicar una prohibición total de las transferencias de armas.
La decisión del Gobierno de aprobar licencias de exportación para vender armas en Israel ha sido un tema controvertido en Reino Unido desde el comienzo de la guerra de Israel, el 7 de octubre, cuando, según los recuentos israelíes, combatientes de Hamás mataron a 1.200 personas.
La ofensiva israelí ha arrasado gran parte del enclave de 2,3 millones de habitantes y, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, han muerto más de 40.000 palestinos. Los desplazados viven en condiciones calamitosas, con una crisis de hambruna.
Miles de personas llevan meses participando en protestas en Reino Unido para pedir al Gobierno que restrinja la venta de armas a Israel.
Las encuestas muestran que la opinión pública británica apoya ampliamente poner fin a la venta de armas a Israel. Más del 50% de la población apoyaría la decisión y solo el 13% se opone, según un sondeo de YouGov publicado a finales de julio.
Pero la decisión británica también puede provocar una disputa diplomática con Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la decisión británica era vergonzosa y que envalentonaría a Hamás.
El ministro británico de Defensa, John Healey, dijo que el Gobierno tenía el deber de "decir las verdades más duras" a sus "amigos más cercanos", y subrayó que seguía comprometido a apoyar a Israel si volvía a sufrir un ataque directo.
El anuncio del lunes se considera un nuevo endurecimiento de la postura del nuevo Gobierno británico respecto a Israel por la gestión de la guerra de Gaza.
En julio, Starmer abandonó las objeciones del Gobierno anterior a que el fiscal de la Corte Penal Internacional solicitara una orden de detención contra Netanyahu. El Gobierno de Starmer también ha reanudado la financiación de la principal agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA.
Con información de Reuters