En la madrugada del martes, Hezbolá dijo haber lanzado andanadas de cohetes contra dos bases clave cercanas a Tel Aviv y una base naval al oeste de Haifa, mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, tenía previsto llegar a Israel para lanzar otro intento de lograr un esquivo alto el fuego.
Hasta la fecha, los esfuerzos diplomáticos no han logrado poner fin a la guerra de Gaza, que dura ya un año, ni a sus repercusiones en el conflicto entre el grupo armado libanés Hezbolá e Israel, que se ha intensificado drásticamente en las últimas semanas tras un año de intercambio de disparos, principalmente a través de la frontera sur de Líbano.
Tras una intensa noche de ataques israelíes contra el sur de Líbano y los suburbios del sur de su capital, Hezbolá declaró haber disparado cohetes contra la base de Glilot, utilizada por la Unidad 8200 de la inteligencia militar israelí, y la zona de Nirit, en los suburbios de Tel Aviv.
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El grupo afirmó que también había disparado cohetes contra una base naval en las afueras de la ciudad portuaria de Haifa, más al norte.
No hubo noticias inmediatas de víctimas. Las autoridades israelíes dijeron que se activaron sirenas aéreas en zonas al sureste de Tel Aviv debido a que se identificó un proyectil que cruzó desde Líbano y cayó en una zona abierta. Otras sirenas sonaron en Tel Aviv.
Las múltiples defensas aéreas de Israel han interceptado la inmensa mayoría de los misiles y drones lanzados contra el país desde el comienzo de la guerra de Gaza.
El viaje de Blinken a la región es el undécimo que realiza desde el ataque a Israel perpetrado por el grupo armado palestino Hamás el 7 de octubre de 2023, que desencadenó la guerra de Gaza.
La visita coincide con una intensificación por parte de Israel de su campaña militar contra los combatientes respaldados por Irán: Hamás en la Franja de Gaza y Hezbolá en Líbano.
Blinken tratará de reavivar las negociaciones para poner fin a la guerra de Gaza y desactivar el conflicto en Líbano, en una visita de una semana a Oriente Próximo que también incluye Jordania y Doha.
En Israel, hablará de las represalias de Israel por el ataque con misiles balísticos de Irán del 1 de octubre, dijo un alto cargo del Departamento de Estado, que habló bajo condición de anonimato.
Una represalia podría perturbar los mercados del petróleo y podría desencadenar una guerra total entre los Israel e Irán, enemigos acérrimos.
La semana pasada, Blinken y el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, escribieron a las autoridades israelíes exigiendo medidas concretas para hacer frente al empeoramiento de la situación en Gaza, o enfrentarse a posibles restricciones de la ayuda militar estadounidense.
El alto cargo estadounidense dijo que en las reuniones con Israel y los países árabes Blinken profundizará en las cuestiones del "día después", en particular la seguridad, la gobernanza y la reconstrucción. Contar con planes detallados para cada una de estas cuestiones se considera un requisito previo para lograr una resolución duradera del conflicto.
AVANCE "DIFÍCIL DE IMAGINAR"
Según los expertos, Hamás e Israel siguen profundamente enfrentados y es poco probable que hagan concesiones significativas antes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre, que podrían dar un vuelco a la política estadounidense.
"Es muy difícil imaginar" que Blinken consiga un gran avance esta semana, afirmó Aaron David Miller, investigador principal de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, dado que ni Hamás ni Netanyahu tienen urgencia alguna por poner fin a la guerra.
"Aprovechar el momento es un concepto fundamentalmente engañoso en este caso porque no estoy seguro de que haya un momento", dijo Miller.
En el último mes, Israel ha matado a los líderes de Hezbolá en el Líbano y de Hamás en Gaza, sin dar muestras de frenar sus ofensivas terrestres y aéreas.
El gobierno de Biden ha presentado la muerte del líder de Hamás, Yahya Sinwar, a manos del ejército israelí la semana pasada como una posible apertura que allanaría finalmente el camino para poner fin a la guerra de Gaza, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirma que los combates continuarán.
Sinwar fue uno de los presuntos autores intelectuales del ataque del 7 de octubre contra comunidades del sur de Israel en el que murieron unas 1.200 personas, y unas 253 más fueron llevadas a Gaza como rehenes, según los recuentos israelíes.
El posterior bombardeo israelí de Gaza ha causado la muerte de más de 42.500 palestinos, y se cree que hay otros 10.000 muertos sin contabilizar bajo los escombros, según las autoridades sanitarias de Gaza.
EEUU VE INSUFICIENTE LA RESOLUCIÓN DE LA ONU
El enviado especial de Estados Unidos en Líbano, Amos Hochstein, mantuvo el lunes en Beirut conversaciones con las autoridades libaneses sobre las condiciones para un alto el fuego entre Israel y Hezbolá.
Hochstein afirmó que "no basta" con que ambas partes se comprometan a cumplir la resolución 1701 de la ONU, que puso fin a la última ronda del conflicto entre Israel y Hezbolá en 2006 y que exige que el sur del Líbano esté libre de tropas o armas que no sean las del Estado libanés.
Hochstein dijo que ni Hezbolá ni Israel habían aplicado adecuadamente la resolución de la ONU y que, aunque sería la base para el fin de las hostilidades actuales, Estados Unidos estaba intentando determinar qué más había que hacer para asegurarse de que se aplicaba de forma "justa, precisa y transparente".
El Ministerio de Sanidad libanés informó el lunes de que el número de muertos desde que comenzó la ofensiva israelí había aumentado a 2.483, con 11.628 heridos. Según las autoridades israelíes, 59 personas han muerto en el norte de Israel y en los Altos del Golán ocupados durante el mismo periodo.
Con información de Reuters