Una familia de Gaza lloraba el sábado a los niños muertos por un ataque israelí mientras se preparaban para jugar al fútbol, en medio de la intensificación de los bombardeos que, según las autoridades sanitarias palestinas, han matado a 44 personas en las últimas 24 horas.
El ataque se produjo en Mawasi, una zona costera del sur donde cientos de miles de personas han buscado refugio después de que el Ejército israelí les dijo que abandonaran otras zonas que estaba bombardeando en su guerra contra Hamás.
"El cohete les alcanzó. Allí no había ninguna persona buscada ni objetivo y no había nadie más en la calle. Sólo los niños que murieron ayer", dijo Mohammed Zanoun, familiar de los niños muertos.
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Las autoridades sanitarias palestinas afirman que la campaña militar israelí en Gaza ha matado a más de 43.500 personas, y se cree que otras 10.000 están muertas y sin contabilizar bajo los escombros.
Israel lanzó su ofensiva en respuesta al ataque del 7 de octubre de 2023, cuando hombres armados de Hamás asaltaron las defensas fronterizas y arrasaron comunidades israelíes matando a 1.200 personas y tomando a unas 250 como rehenes, según los recuentos israelíes.
El conflicto se ha ampliado, e Israel también lucha en El Líbano contra el grupo Hezbolá, respaldado por Irán.
Un ataque israelí sobre Tiro, en el sur de Líbano, causó el sábado la muerte de al menos siete personas, según las autoridades sanitarias libanesas.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU declaró el viernes que casi el 70% de las víctimas mortales que había verificado en Gaza eran mujeres y niños. La misión diplomática de Israel en Ginebra, donde tiene su sede la oficina, dijo que rechazaba categóricamente el informe, afirmando que no reflejaba fielmente la realidad sobre el terreno.
ATAQUES
Los ataques de la noche y la mañana del sábado también causaron la muerte de cuatro palestinos al este de la ciudad de Gaza, entre ellos dos periodistas, cuatro personas en una casa de Beit Lahiya y dos personas en una tienda de campaña del hospital Al Aqsa de Deir al Balah, informaron los médicos.
El Ejército israelí no respondió inmediatamente el sábado a una petición de comentarios sobre los ataques a zonas donde se refugiaban personas desplazadas.
En ocasiones anteriores ha afirmado que los combatientes de Hamás se esconden entre la población civil y que los ataca cuando los ve. Hamás niega que se esconda entre la población civil.
Durante el último mes, Israel ha centrado su actividad militar en el norte de Gaza, la primera parte del pequeño y abarrotado territorio que sus tropas invadieron a principios del conflicto del año pasado.
Un comité de expertos mundiales en seguridad alimentaria advirtió el viernes que existía una gran probabilidad de hambruna inminente en el norte de Gaza en medio de la reanudación de los combates.
El Ejército israelí declaró que el sábado se habían entregado 11 camiones con alimentos, agua y suministros médicos en las zonas de Yabalia y Beit Hanún, en el norte de Gaza, y afirmó que la evaluación de la hambruna se basaba en "datos parciales y sesgados".
Asimismo, afirmó que estaba preparando la apertura del paso fronterizo de Kissufim a Gaza para ampliar las rutas de ayuda.
Las conversaciones de paz mantenidas con la mediación de Estados Unidos, Egipto y Qatar han avanzado poco durante meses. El viernes, un funcionario estadounidense declaró que Washington pidió a Qatar que cerrara la oficina de Hamás en Doha después de que el grupo rechazó una propuesta de alto el fuego.
El alto cargo de Hamás Sami Abu Zuhri desestimó el informe como "un intento estadounidense de enviar un mensaje de presión al movimiento a través de los medios de comunicación". Los responsables de Hamás han afirmado que Qatar no les ha pedido que se marchen.
Con información de Reuters