El alto el fuego entre Israel y el grupo armado libanés Hezbolá se mantenía el miércoles después de que ambas partes aceptaron un acuerdo mediado por Estados Unidos y Francia, una rara victoria para la diplomacia en Oriente Medio, una región sacudida por dos guerras desde hace más de un año.
El Ejército libanés, encargado de garantizar el alto el fuego, dijo que se disponía a desplegarse en el sur del país, una región que Israel bombardeó intensamente en su batalla contra el grupo militante respaldado por Irán, junto con ciudades y pueblos del este y bastiones de Hezbolá en los suburbios del sur de Beirut.
El Ejército pidió a los residentes de las aldeas fronterizas que retrasen su regreso a casa hasta que se retire el Ejército israelí, que ha librado varias guerras contra Hezbolá y se ha adentrado unos seis kilómetros en territorio libanés.
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Israel dijo que identificó a agentes de Hezbolá regresando a zonas cercanas a la frontera y que abrió fuego para impedir que se acercaran. No había indicios de que el incidente fuera a socavar el alto el fuego.
El acuerdo, que promete poner fin a un conflicto fronterizo que ha causado miles de muertos desde que se desencadenó la guerra de Gaza el año pasado, es un importante logro para Estados Unidos en los últimos días del Gobierno del presidente Joe Biden.
Es probable que el acuerdo permita a Israel centrarse más en el conflicto de la arrasada Gaza, donde ha prometido destruir a su viejo enemigo, el grupo islamista palestino Hamás, que dirigió los ataques del 7 de octubre de 2023 contra comunidades israelíes.
"La fuerza debe dar paso al diálogo y la negociación. Esto ya se ha logrado en Líbano, y debe suceder lo antes posible en la Franja de Gaza", afirmó el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noel Barrot, a la radio France Info.
Sami Abu Zuhri, responsable de Hamás, declaró a Reuters que el grupo "valora" el derecho de Líbano a alcanzar un acuerdo que proteja a su pueblo, y espera que se llegue a un pacto para poner fin a la guerra de Gaza.
El primer ministro provisional de Líbano, Najib Mikati, hizo un llamado a Israel para que se comprometa plenamente y "se retire de todas las regiones y posiciones que ocupó", horas después de que se activó la tregua.
Autos y furgonetas repletos de colchones, maletas e incluso muebles atravesaban la ciudad portuaria de Tiro, duramente bombardeada en los últimos días antes del alto el fuego, en dirección al sur. Los combates se intensificaron en los dos últimos meses, obligando a cientos de miles de libaneses a abandonar sus hogares.
Israel ha dicho que su objetivo militar era garantizar el regreso seguro de unos 60.000 israelíes que huyeron de sus comunidades a lo largo de la frontera norte cuando Hezbolá empezó a lanzarles cohetes en apoyo de Hamás.
En Líbano, algunos autos ondeaban banderas nacionales, otros tocaban el claxon y se podía ver a una mujer haciendo el signo de la victoria con los dedos mientras la gente empezaba a regresar a los hogares de los que habían huido. Es probable que muchos pueblos a los que regresaban hayan sido destruidos.
Hussam Arrout, padre de cuatro hijos y desplazado de los suburbios del sur de Beirut, pero originario del pueblo fronterizo de Mays al-Yabal, dijo que estaba deseando volver a su hogar ancestral.
"Los israelíes no se han retirado del todo, siguen al límite. Así que hemos decidido esperar a que el ejército anuncie que podemos entrar. Entonces encenderemos los autos de inmediato e iremos a la aldea", afirmó.
Con información de Reuters