En un nuevo encuentro del equipo de organización de la Fiesta Nacional de la Chaya 2025, ya comenzó la definición de la grilla de artistas para el escenario mayor y para los distintos espacios donde se vivirá en febrero la fiesta máxima de La Rioja. En este sentido, aseguraron que continúan avanzando en los detalles organizativos del evento que nuevamente organiza el Estado provincial y que tendrá lugar los días 7 y 8 de febrero en el Autódromo Ciudad de La Rioja.
“Hace unos días pudimos confirmar a las principales figuras que serán parte de nuestro Festival. Desde esta semana se trabaja para convocar a nuestros representantes riojanos, para que formen parte de esta grilla y también para que sean protagonistas en los espacios distribuidos en la ciudad durante todo el mes de febrero”, informaron desde el Ministerio de Turismo y Culturas.
En la reunión también se diagramó el sistema de licitación de espacios gastronómicos para los habituales sectores de Ranchos y Plateas, cuya convocatoria será publicada en el mes de enero, con la intención de que los oferentes puedan diagramar la cuestión administrativa y logística para la prestación de estos servicios. Por último, se confirmó que la próxima semana ya se pondrán a la venta las entradas a través del sistema PaseShow y posteriormente se sumarán los habituales puntos presenciales para la venta.
“Por pedido del gobernador Ricardo Quintela vamos a disponer valores que serán muy populares e incluso con una financiación ventajosa, por un lado para que todos los riojanos y riojanas tengan la posibilidad de acceder al espectáculo y por otro para incentivar la llegada de visitantes de todo el país que quiera vivir esta fiesta y recorrer toda nuestra provincia”, concluyeron.
De qué trata la Chaya
Según cuenta la leyenda, Chaya era una muy bella jovencita india, que se enamoró perdidamente del Pujllay, joven alegre, pícaro y mujeriego que ignoró los requerimientos amorosos de la hermosa indiecita. Fue así como ella, al no ser debidamente correspondida, se internó en el monte a llorar sus penas y desventuras amorosas, desapareciendo en él para siempre. Desde entonces, suele retornar anualmente, hacia mediado del verano, del brazo de la Diosa Luna (Quilla), en forma de rocío o fina lluvia.
Se trata de un festejo pagano que une las tradiciones carnavalescas de los conquistadores europeos con las celebraciones por las buenas cosechas y el agradecimiento a la Pachamama de los pueblos originarios. En la región, los Diaguitas fueron quienes comenzaron con esta tradición.
En todos los pueblos, los barrios y las calles de la provincia se mezclan harina, albahaca y vino para celebrar una tradición ancestral. Durante el verano esta celebración toda todo el protagonismo en las calles riojanas con coloridos matices y el agregado de una gran cuota de cultura.
En este sentido, se podría decir que es una celebración similar al carnaval del noroeste argentino, ya que se vive en las calles y a cielo abierto. Los topamientos en los barrios, el Festival de la Chaya, las fiestas de harina y albahaca y los corsos carnavalescos se mezclan en cada rincón de la provincia para unir a los pobladores.