Durante 2024, La Rioja perdió 4.294 empleos privados registrados hasta septiembre, según la Dirección de Estadística y Censos provincial. Esta caída, en comparación con los 35.416 asalariados registrados en 2023, subraya el impacto de las políticas económicas adoptadas por el Gobierno de Javier Milei.
Desde 2019 hasta 2023, la provincia había experimentado un crecimiento constante en el empleo privado, lo que logró un aumento del 15,7% en ese período. Este avance, que significó la incorporación de 4.797 trabajadores al sector, fue revertido drásticamente en los primeros meses de la gestión de Milei, lo que generó un estancamiento y un retroceso alarmante.
Impacto en los sectores y aumento del desempleo
El sector privado, que había mostrado un crecimiento robusto en áreas como construcción, comercio y servicios, se vio especialmente afectado durante el último año. Actividades clave como la agricultura, ganadería e industria también experimentaron un retroceso en la creación de empleos registrados.
Las políticas económicas nacionales, caracterizadas por una drástica reducción de estímulos y el ajuste fiscal, fueron señaladas como el principal detonante de la crisis laboral. Estas medidas, combinadas con la eliminación de programas de fomento productivo y una política monetaria restrictiva, redujeron la capacidad de las empresas locales para sostener sus plantillas laborales.
En términos de desocupación, La Rioja registró un 3,3% de desempleo en el tercer trimestre de 2024. Si bien esta cifra sigue por debajo del promedio nacional (6,9%) y de la media del NOA (4,2%), representa un deterioro respecto a años anteriores, cuando la provincia se posicionaba entre las de menor desempleo en el país.
Un cambio de rumbo que afecta a las economías regionales
La pérdida de empleos privados no solo impacta en las familias riojanas, sino que también compromete el desarrollo económico provincial. Hasta 2023, sectores como la preparación e hilandería de fibras, fabricación de calzado y prendas de vestir concentraban el mayor porcentaje de empleo industrial, pero la falta de políticas que apoyen estas áreas generó incertidumbre.
El retroceso laboral en La Rioja evidencia el efecto adverso de decisiones nacionales que no consideran las particularidades de las economías regionales. La falta de inversión pública en infraestructura productiva y los recortes en programas sociales profundizan las dificultades en una provincia que había logrado avances significativos en el empleo privado registrado.
Para revertir esta situación, se requiere un enfoque que priorice el desarrollo sostenible y la protección del empleo que procesa desde el Gobierno nacional. Sin embargo, las perspectivas actuales, bajo el modelo económico de ajuste promovido por el presidente Milei, generan preocupación sobre la capacidad de las provincias para recuperar el terreno perdido.
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