Tras el comienzo de año, el conflicto universitario se mantiene a la orden del día debido al fuerte ajuste fiscal que el gobierno nacional viene implementando en el presupuesto educativo, que impacta en las condiciones de vida de sus trabajadores. Desde que asumió la actual gestión libertaria, perdieron un equivalente a 4,9 salarios, por lo que sería necesario un aumento del 33% para alcanzar el poder adquisitivo de noviembre de 2023. Esta situación, a su vez, no hizo más que agravar un derrotero a la baja que llevó a que, en los últimos nueve años la pérdida salarial escalara a casi 47 salarios actuales. Como resultado, según lo advirtió un informe privado, docentes con más 40 horas semanales, no llegan a cubrir una canasta básica de subsistencia.
“Las paritarias salariales no funcionan y los magros incrementos otorgados por decreto, lejos de recomponer la pérdida del poder adquisitivo de los salarios, continúan agravando la situación con aumentos por debajo de la inflación”, señaló al respecto un comunicado reciente del Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que también subrayó que “los recursos que se destinan al funcionamiento de las casas de altos estudios apenas alcanzan a un 50 % para el 2025, el sistema de investigación, ciencia y tecnología es víctima de una drástica reducción de recursos y las obras de ampliación y mantenimiento de la infraestructura universitaria están totalmente paralizada”. En dicho escenario es que la semana pasada los gremios docentes llevaron a cabo un paro de 48 horas y el conflicto continúa ante la decisión del oficialismo de fijar, unilateralmente, un incremento del 1,5% para enero y de 1,2% para febrero, rechazado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales por considerarlo insuficiente, ya que no permite recomponer el salario real perdido en gestión actual, y no llega siquiera a equiparar la inflación de los dos primeros meses del año (+2,2% y +2,4%, respectivamente).
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“Se observa una consolidación de la depreciación acelerada del salario que se dio durante los primeros meses del gobierno de Milei, el cual ya se encontraba en niveles históricamente bajos antes de esta última depreciación”, señaló un informe elaborado por docentes de distintas universidades del país al que accedió este medio. Según las estimaciones, la pérdida salarial es tal que “para recuperar el poder adquisitivo perdido en el período noviembre de 2015 - enero de 2025, se necesitaría una recomposición del 80% sobre el salario de febrero de 2025”.
Ajuste al bolsillo docente
Durante los últimos nueve años, los acuerdos paritarios de la docencia universitaria no lograron recomponer el poder adquisitivo del salario en niveles semejantes a los de fines de 2015. “La tendencia general en este período ha sido hacia la pérdida del poder adquisitivo de la docencia universitaria agravada en el último año donde se consolida un nuevo ‘piso’ salarial, alrededor de 25 puntos inferior al inmediatamente anterior al inicio del mandato de Javier Milei”, señaló un documento elaborado por el Laboratorio del Salario de la Docencia Universitaria (LSDU).
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Los números hablan por sí solos: la pérdida salarial acumulada supera los 47,4 salarios actuales (sin tener en cuenta las pérdidas vinculadas a los aguinaldos de cada año). En detalle, al mirar la evolución en cada uno de los últimos tres mandatos presidenciales, se detectó “una pérdida equivalente a 11,1 salarios actuales durante el gobierno de Mauricio Macri, dicha administración dejó un piso que no pudo ser recuperado durante el mandato de Alberto Fernández, equivalente a 19,6 salarios actuales. Luego, durante tal gobierno la pérdida fue de 4,7 salarios actuales, que al cierre del mandato dejó un nivel de pérdida equivalente a 7,1 salarios actuales. Por último, al finalizar febrero de este año, en tan sólo un año y tres meses de gobierno de Javier Milei, recortó el equivalente a 4,9 salarios”, puntualizaron. En total “sumando las pérdidas mes a mes, la pérdida salarial acumulada desde el 1 de diciembre de 2015 hasta el 31 de enero de 2025 superaría los 47,4 salarios actuales”.
En comparación, “en los primeros dos meses del gobierno de Javier Milei, el poder adquisitivo del salario se desplomó significativamente más puntos porcentuales que la mayor caída alcanzada por las dos administraciones anteriores”. Al respecto, sobre la actual gestión de gobierno, si se contrasta la variación salarial acumulada de la docencia universitaria con la inflación acumulada en igual periodo se observa que “la diferencia supera los 70 porcentuales en febrero, en contra de los salarios”. Así, durante el primer año del gobierno nacional la variación interanual del salario docente siempre fue inferior que la correspondiente a la inflación.
De esa manera, se evidencia la pérdida de poder adquisitivo con respecto a noviembre de 2023 - antes del inicio del gobierno de La Libertad Avanza- que llegó a 30,3 puntos en febrero de 2024 y el mes pasado arrojó una caída del 24,9% del salario real. Desde entonces, “las actualizaciones salariales otorgadas han mantenido la capacidad adquisitiva en niveles similares, apenas superiores por algunos puntos porcentuales” por lo que “se consolida la licuación del salario de los primeros dos meses de gobierno”.
Considerando lo anterior, el informe elaborado por un equipo interdisciplinario de docentes de distintas universidades del país, señaló que “se requeriría un 33% de aumento salarial sobre el salario de febrero sólo para mantener el poder adquisitivo de noviembre de 2023”. Mientras que para que el salario vuelva a tener el poder adquisitivo de noviembre de 2015, “necesitaría una recomposición del 80% sobre el salario de febrero de 2025”.
Debajo de la canasta básica
El informe analizó también el derrotero de los salarios en comparación con las posibilidades de acceso a la canasta de bienes y servicios básicos, es decir, cuántas horas de docencia universitaria son necesarias para que un docente no sea pobre en términos de ingresos. Los resultados muestran que “el salario de numerosos cargos con dedicaciones de 40 horas semanales se encuentra por debajo de la línea de pobreza, calculada por el INDEC para enero de 2025”.
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Según el organismo, la canasta básica total tipo 2 (que define la línea de pobreza para un hogar compuesto por dos personas adultas y dos menores) fue de $1.033.716. Según la grilla salarial universitaria de igual mes apenas la superan “Ayudante de 1era con dedicación exclusiva y 20 años de antigüedad ($1.144.278), Jefe de trabajos prácticos con dedicación exclusiva y 12 años de antigüedad, ($1.095.761)” y por detrás “Profesor adjunto con dedicación exclusiva y 7 años de antigüedad ($1.036.682)”.
En ese sentido, concluyeron que “se trata de trabajadoras y trabajadores que apenas superan la línea de pobreza si son sostén de hogar, altamente calificados y con una amplia trayectoria académica, y que trabajan 40 horas semanales en tareas de docencia e investigación en universidades nacionales”.