El Gobierno de Javier Milei presentó oficialmente su proyecto de reforma laboral en el Congreso de la Nación. La iniciativa tan largamente anunciada ingresó por el Senado y ahora deberá tratarse en el Poder Legislativo. La propuesta impulsa profundos cambios regresivos en materia de indemnizaciones por despido, pago de salarios, horas extras y vacaciones.
En un discurso que brindó meses atrás en San Nicolás, Milei sostuvo que las reformas serán beneficiosas para más de medio millón de pymes, grandes empresas y trabajadores, e insistió en que un marco jurídico claro, simple y predecible favorecerá la inversión y el empleo. ¿Pero qué cambios propone la reforma laboral?
Qué propone la reforma laboral
Los principales puntos de la reforma laboral anunciada son:
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• Indemnizaciones por Despido: Se excluyen explícitamente el Sueldo Anual Complementario (SAC) y otros conceptos no mensuales de la base de cálculo, y la indemnización legal pasa a ser la única reparación procedente por despido sin justa causa.
• Vacaciones: Se permite que las partes convengan el goce de vacaciones fuera del período legal y se autoriza el fraccionamiento en tramos no menores a siete (7) días.
• Horas Extras: Se faculta al empleador y al trabajador a acordar voluntariamente un régimen de compensación de horas extraordinarias, incluyendo el banco de horas y francos compensatorios.
• Pago de Salarios: Se prevé que el salario pueda abonarse en moneda nacional o extranjera conforme a lo pactado y los pagos deben realizarse únicamente por acreditación bancaria o en Proveedores de Servicios de Pago (PSP).
• Servicios Esenciales y Derecho a Huelga: Se extiende la lista de servicios esenciales y se fijan coberturas mínimas obligatorias del 75 % para servicios esenciales y 50 % para actividades de importancia trascendental durante medidas de acción directa.
• Vigencia de Convenios Colectivos: Se limita la ultraactividad de los CCT; solo subsisten las cláusulas normativas hasta la entrada en vigencia de un nuevo acuerdo, y los convenios de ámbito menor prevalecen sobre los de ámbito mayor.
Impacto previsto de la reforma laboral: ¿Quién gana y quién pierde?
Para las empresas
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Podrían recibir mayor flexibilidad para contratar, ajustar horarios y pactar condiciones laborales adaptadas al funcionamiento productivo.
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Menos litigiosidad y costos judiciales, si logra limitarse la “industria del juicio”.
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Reducción de la carga burocrática, si la digitalización avanza como prometido.
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Mayor previsibilidad jurídica puede alentar inversión, al menos eso es el objetivo declarado.
Para los trabajadores
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Los más protegidos o con mejor inserción laboral podrían negociar mejores condiciones en convenios modernizados.
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Sin embargo, los trabajadores de sectores vulnerables o precarios —informales, jóvenes, monotributistas, trabajadores de economías regionales— corren el riesgo de quedar más expuestos a condiciones más débiles, con contratos más flexibles y menos protección frente a despidos o abusos.
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Existe el riesgo de que la reforma acentúe desigualdades: los grupos con mayor poder de negociación pueden beneficiarse, mientras que los más débiles podrían ver empeorar sus condiciones laborales.
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Los sectores más precarizados (que ya hoy sufren informalidad, falta de cobertura social, bajos salarios) serían los primeros en sentir los efectos adversos.
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Si la reforma debilita la capacidad colectiva (sindicatos) de defensa, aumenta la vulnerabilidad individual de cada trabajador frente al empleador.
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El proyecto busca debilitar la fuerza de las organizaciones sindicales, al promover acuerdos más directos entre empresa y trabajador (menos mediación colectiva).
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Al potenciar el individualismo laboral, se reduce la capacidad de negociación colectiva, lo que puede erosionar derechos que se sostienen por normas generales.
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Esa estrategia también puede fragmentar la clase trabajadora, favoreciendo rupturas entre diferentes bloques de trabajadores.
