La política económica de la administración el presidente Javier Milei generó la destrucción más de 20 mil empresas y 280 mil puestos de trabajo con una particularidad que surge por primera vez: se perdieron empleos formales en los dos sectores productivos que se muestran como los únicos dinámicos de la economía, la minería y la industria petrolera.
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El Gobierno impulsa en el Congreso un proyecto de reforma de la legislación laboral que, según sus propios autores, no genera condiciones para la creación de nuevos puestos de trabajo sino que avanza en la flexibilización para el despido y cerciora derecho de los trabajadores, por lo que es esperable que la crisis de empleo se sostenga en el resto del mandato de Milei.
“La comparación entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025 muestra una disminución en la cantidad de empleadores con trabajadores registrados, pasando de 512.357 a 492.223. Esto implica una contracción de 20.134 empresas, es decir, 30 (30,05) empresas por día, reflejando una tendencia negativa en el tejido empresarial durante el período”, evaluó un informe de CEPA (Centro de Economía Política Argentina.
El informe sobre “Análisis de la dinámica laboral y de empleadores” también determinó que en el mismo período “la cantidad de trabajadores/as registrados/as en unidades productivas se redujo un 2,85%, lo que representa una pérdida de 280.984 puestos de trabajo, al pasar de 9.857.173 en noviembre de 2023 a 9.576.189 en septiembre de 2025, lo que equivale a casi 420 trabajadores/as menos por día desde la asunción del gobierno de Javier Milei”.
La economía registró en el tercer trimestre de 2025 un crecimiento de 3,3% en comparación con igual período del año anterior y de 0,3% respecto del trimestre previo impulsados por los sectores de Intermediación financiera (28,4% ia), Explotación de minas y canteras (10,3% ia) y Hoteles y restaurantes (7,1% ia), según informó el Indec.
En tanto un informe del organismo sobre Utilización de la Capacidad Instalada mostró que en octubre se ubicó en 61%, dos puntos menos que el mismo mes del año anterior, pero con la particularidad que el bloque sectorial que más nivel de utilización tuvo fue refinación del petróleo (82,2%).
Aún cuando minería y petróleo se muestran como los más dinámicos de la economía, también en esos sectores cayó el empleo formal.
El director de Desarrollo Productivo Sostenible, Daniel Schteingart, publicado en la red social “X” advirtió “un dato del que se habla poco y nada. El sector estrella de la economía argentina, petróleo y minería, está destruyendo empleo”.
Explicó que hay “87.500 empleos formales, cuando en noviembre de 2023 había 94.600” y que la pérdida se registra desde mayo de 2024 por dos motivos: “Lo que genera Vaca Muerta en petróleo no compensa lo que se está perdiendo en las cuencas maduras (como las de Chubut y Santa Cruz)” y “en minería, lo que se crea en litio no compensa el mal desempeño de la minería no metalífera, que está muy ligada a la industria de la construcción (que viene muy floja)”.
El informe de CEPA precisó que el “sector de Transporte y Almacenamiento fue el más afectado, con una pérdida de 4.851 empleadores entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025”.
Otros rubros también registraron caídas significativas: Comercio al por mayor y al por menor reparación de vehículos automotores y motocicletas perdió 3.750; Servicios inmobiliarias sufrió una caída de 3.005 empleadores; Servicios profesionales, científicos y técnicos de 2.198, Industria manufacturera de 2.122; Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesco con 2.11, y Construcción registró una reducción de 1.802 empleadores en el mismo período.
El sector más afectado en términos de pérdida de puestos de trabajo fue el de administración pública, defensa y seguridad social obligatoria, con una reducción de 88.342 trabajadores entre noviembre de 2023 y septiembre de 2025.
Le siguieron el sector de Construcción, que perdió 77.383 puestos en el mismo período y también registraron caídas significativas en los Industria manufacturera, con 59.127 empleos menos, y Servicios de transporte y almacenamiento, con una pérdida de 53.642 puestos de trabajo.
En ese contexto de caída de empleo, el Gobierno envió un proyecto de ley de reforma laboral que “presenta una mirada ideologizada contraria al pragmatismo del ancla salarial, la contención del conflicto por la vía del actual modelo sindical y la administración de la negociación colectiva”, según la evaluación de la Consultora C-P
La propuesta tiene por objetivo atacar las bases del modelo sindical vigente, aún en un contexto en el que viene garantizando una conflictividad baja; debilitar la negociación colectiva, aún a pesar de que viene funcionando como un pilar de la estrategia de desinflación a través del ancla salarial; aumentar la flexibilidad en el empleo formal, a costa de menores derechos individuales con banco de horas y fraccionamiento de vacaciones y la creación de un Fondo de Cese financiado por los recursos previsionales, fomentando la rotación laboral y los despidos, e incentivar la formalización y creación de empleo reduciendo costos laborales, a pesar de ser una estrategia que mostró pocos resultados en el pasado.
La Consultora C-P advirtió que el “enfoque del proyecto plantea varios problemas” y planteó: “Lejos de impulsar una reforma que mejore la calidad del empleo, consolida el status quo y amenaza con ampliar desigualdades; confía en mecanismos (como la rebaja de contribuciones patronales o la mayor flexibilidad laboral) que probaron ser inefectivos para atacar los problemas del mercado de trabajo de Argentina, y es muy conflictiva , inclinando la balanza en favor de los empleadores”.
De avanzar la reforma libertaria del trabajo, la expectativa no es revertir la destrucción de puestos de trabajo sino abaratar para los empleadores tanto la contratación como el despido de empleados.
