La siderúrgica mendocina Ferroglobe anunció que suspenderá sus operaciones desde febrero debido a la fuerte caída del consumo, replicando el difícil escenario que enfrenta Acindar. El combo de recesión económica, caída en las ventas y el ingreso de material importado continúa impactando sobre la industria nacional. Tras los anuncios de crisis en Acindar, la siderúrgica Ferroglobe anunció que paralizará temporalmente su producción a partir de febrero. El dato más alarmante es que no hay probable fecha para el reinicio de la actividad.
Según el comunicado difundido por Ferroglobe Argentina SRL, especializada en ferroaleaciones, parará su única unidad productiva activa a partir del 1 de febrero del corriente año por “exceso de inventario de producto terminado y aprovechará dicha parada para realizar tareas de mantenimiento de sus hornos”.
Fuentes vinculadas con la empresa remarcó que esta decisión se tomó por “la situación de baja de las ventas a nivel mundial y nacional” y que las operaciones en la planta ubicada en la ciudad mendocina de Luján de Cuyo serán restablecidas “en cuanto sea posible”.
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La industria siderúrgica nacional atraviesa un momento crítico, agravado por la recesión económica, la caída en las ventas y el ingreso de productos importados, especialmente desde China. La empresa reconoció que está trabajando en conjunto con el gobernador Alfredo Cornejo y la Secretaría de Energía de la Nación en la búsqueda de una “solución de largo plazo” que permita obtener una tarifa eléctrica para Ultra electrointensivos que se requiere para poder operar.
Antecedentes de la crisis
La compañía no estableció una fecha concreta para reanudar las actividades. En el comunicado explica que esta medida es consecuencia de la "caída en las ventas a nivel mundial y nacional". Con operaciones en Mendoza desde 1973, Ferroglobe cuenta con dos hornos Demag Technology de 25 MVA, diseñados para la producción de silicio cálcico y ferrosilicio.
Ferroglobe Argentina tiene sus orígenes en Stein Ferroaleaciones, una empresa que inició actividades en 1965 para abastecer a la industria de fundición. En 1973, construyó la planta de Mendoza para atender la creciente demanda de ferroaleaciones en la industria siderúrgica.
No enfrenta esta situación por primera vez. En septiembre de 2015, la empresa interrumpió sus actividades debido a problemas externos y nacionales, licenciando a su personal y apagando sus hornos. En enero de 2016, las operaciones se reanudaron parcialmente, pero pocos meses después enfrentaron nuevas paralizaciones y suspensiones rotativas del 50 por ciento de sus trabajadores debido a incrementos en las tarifas eléctricas.
En 2017, la actividad de la planta se normalizó gracias a un precio diferencial para consumidores electrointensivos. Sin embargo, Ferroglobe ahora busca un beneficio similar, pero con una implementación sostenida en el tiempo, como condición para restablecer sus operaciones.