El costo de vida en Argentina se ha disparado, alcanzando niveles comparables a los precios internacionales. Esto hace que, en comparación, consumir en otros países como Inglaterra —considerado uno de los lugares con el costo de vida más alto del mundo— resulte más accesible para los argentinos. En ese contexto, asistir a un partido de fútbol no solo implica disfrutar del espectáculo deportivo, sino también vivir una experiencia completa que, en muchos casos, incluye comer algo en el estadio.
El pasado domingo, durante el enfrentamiento entre Liverpool y Manchester United en la Premier League, los precios del mítico estadio Anfield Road se volvieron virales en las redes sociales.
La publicación, difundida en X (antes Twitter), generó gran repercusión y llevó a los fanáticos del fútbol argentino a comparar los costos con los que se manejan en las canchas locales.
Precios de comida y bebida en Anfield Road:
- Cerveza Carlsberg (500 ml): $5.340.
- Pancho (hot dog): $6.081.
- Chocolate caliente: $3.711.
- Botella de agua (500 ml): $3.266.
Los valores han sorprendido a los usuarios, quienes señalan la gran diferencia con los precios de las canchas argentinas, donde también se critica el aumento constante. En el contexto global, algunos vendedores en eventos deportivos internacionales han comenzado a justificar los elevados precios haciendo referencia al impacto de figuras como Lionel Messi y su influencia en el fútbol. Incluso, un caso reciente en un partido del Inter Miami dejó a más de uno impactado por el precio de dos empanadas en el estadio.
En Argentina, los precios de la comida y las bebidas en los estadios de fútbol varían significativamente según el lugar. Fuera del estadio, en los puestos callejeros, las opciones más comunes suelen ser hamburguesas, sándwiches de bondiola y choripanes, con precios que van desde los $5.000 hasta los $10.000. Dentro de los estadios, los precios de las bebidas también tienden a fluctuar dependiendo de cada vendedor, pero en promedio, el costo de una bebida se encuentra alrededor de los $5.000.
Al final del primer año de Milei, las familias siguen sin llegar a fin de mes
En una semana en la que se conocerá el dato oficial de inflación del penúltimo mes del año -las proyecciones varían entre leve baja, estancamiento o algo de aceleración- y se cumple un año del inicio del gobierno de Javier Milei, la preocupación central de las familias sigue siendo cómo llegar a fin de mes. El golpe al bolsillo se traslada al momento de comprar los productos de consumo esencial: un relevamiento mostró que el 40% de las y los consumidores considera que la economía personal/familiar es el principal problema diario, seguido del contexto general del país (20% de encuestados), así como su salud mental y física (22%). Lo mismo se evidencia cuando son consultados sobre su situación financiera: el 50% indicó en noviembre que le "cuesta financieramente llegar a fin de mes” y solo el 11% dijo vivir “cómodamente”.
Como consecuencia, seis de cada 10 redujo sus gastos al momento de comprar productos de consumo masivo dando cuenta de un fuerte ajuste en los presupuestos domésticos. En la diaria, las familias dejaron directamente de comprar ciertos productos, cambiaron por otras marcas, y modificaron hábitos ya que se registra mayor cantidad de compras mensuales pero por montos de tickets cada vez menores y en diferentes lugares, esto vinculado también a que más de la mitad dijo que buscaba ofertas antes de comprar. Así, el 60% aseguró que revisa precios en diferentes tiendas antes de decidir en cuál hacer la compra. La razón principal del cambio en el consumo de la población tuvo que ver con que el 53% aseguró que “los precios están más caros que hace un mes”.
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