El Gobierno gastó este año más de 7.000 millones de dólares en demorar la suba del dólar

El Banco Central interviene en forma directa y a través del “dólar blend” que permite a los exportadores liquidar las ventas externas en el CCL. En enero fue récord la intervención y en marzo se activó en las últimas jornadas. Aún así, el dólar está en el valor más alto de los últimos seis meses.

19 de marzo, 2025 | 21.17
El Gobierno gastó este año más de 7.000 millones de dólares en demorar la suba del dólar El Gobierno gastó este año más de 7.000 millones de dólares en demorar la suba del dólar

El Gobierno gastó más de US$7.000 millones de dólares en lo que va del año para demorar la suba de la divisa en los mercados financieros, con las intervenciones que hizo el Banco Central en el mercado financiero que rondan los US$2.000 millones y la posibilidad que le da a los exportadores de liquidar el 20% de las ventas externas en el CCL, conocido como el “dólar blend”. 

Las intervenciones del Banco Central fueron especialmente fuertes en enero, cuando se alcanzó el mayor nivel de la serie histórica por un monto global de US$3.486 millones, entre la liquidación del dólar blend de bienes por US$1.653 millones, el blend de servicios por US$509 millones y el turismo por US$374 millones y a través de la intervención directa con la venta de US$932 millones en el MEP.

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El cálculo corresponde a C-P Consultores, que en el último informe analizó las tensiones en marzo sobre el mercado de cambios oficial y destacó que “no se veían desde hace mucho”. Señaló, además, que “el desarme de posiciones de carry trade ante la incertidumbre que disparó un acuerdo con el FMI de contenido desconocido explican lo sucedido”.

“La tensión sobre los dólares paralelo se sostuvo a pesar de la fuerte intervención oficial” y “el potencial impacto sobre reservas es preocupante” advirtió la consultora que dirigen Pablo Moldovan y Federico Pastrana y señaló que “en el primer bimestre del año el gobierno no logró acumular reservas a pesar de las cuantiosas compras” en el mercado de cambio oficial.

La intervención con casi US$3.500 millones en enero fue la más alta de la gestión del presidente Javier Milei; el ministro de Economía, Luis Caputo y su socio en la actividad privada, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili.

En febrero, todavía con datos preliminares, la estimación de venta directa del Banco Central en el mercado financiero para controlar el denominado dólar MEP ascendió a US$700 millones y el volumen global considerando el dólar blend para exportación de bienes y servicios alcanzó aproximadamente los US$2.300 millones.

Cuando todavía no se cumplieron tres semanas de marzo, el BCRA recién tuvo fuerte intervención en los mercados en las últimas cuatro ruedas, pero aún así, superarían los US$2.000 millones las intervenciones en el CCL vía el dólar blend y en MEP vía ventas directas. Todas las ventas del BCRA apuntan a controlar el dólar financiero y evitar que se instale una brecha superior a 10% con el dólar oficial, a partir de la cual comienzan a instalarse las expectativas de devaluación y se traslada a la inflación con una aceleración en la suba de los precios.

En enero, después del pago de los servicios de la deuda por US$4.300 millones y con las primeras declaraciones del ministro Caputo sobre la firma de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional recién para el primer cuatrimestre del año, los inversores empezaron a presionar por dolarizarse. Un mes después, sin ninguna declaración clara del FMI, el mercado interpretó que seguían las diferencias por el modelo cambiario entre la posición oficial de sostener el cepo y la intervención y la del organismo, que impulsa una apertura del flujo de capitales y un dólar flotando con intervención.

El presidente Milei anunció en el discurso ante la Asamblea Legislativa del primero de marzo que era inminente el acuerdo con el FMI, pero ante nuevos fracasos en las negociaciones la dolarización siguió presionando. Sin acuerdo y con el FMI dejando trascender que las negociaciones seguían y no tenían fecha cierta para concluirlas, la tensión cambiaria se agudizó hasta que un simple rumor provocó el viernes pasado una corrida que le costó US$474 millones de dólares al BCRA

Esta semana se potenció con una desafortunada declaración del ministro Caputo que fue interpretada en los mercados como la confirmación de que en abril habrá llegará el acuerdo con el FMI con una devaluación.

Desde entonces, lleva vendidos en el mercado de cambios US$931 millones y se estima unos US$200 millones en el financiero, aunque este dato es todavía muy preliminar.

Pero es en el mercado de dólar futuro donde más se le complicó al ministro, porque es la base de referencia para mantener el carry trade. El miércoles se operaron contratos por un récord de US$2.831.595.000 y quedaron abiertos contratos por US$3.740 millones con tasas que por momentos llegaban al 120% anual a menos de un mes.

El desarme del carry trade arrancó el viernes de la corrida de la mano de los bancos, públicos y privados, que se deshicieron de títulos públicos y recompraron dólares que le habían vendido al BCRA. Siguieron los importadores, haciendo pagos que venían postergando al exterior y se sumaron los exportadores, que están reteniendo la liquidación a la espera de que se concrete la devaluación.

La economía argentina viene perdiendo rápidamente divisas y sólo se sostiene con el proceso de endeudamiento de las empresas, que entre créditos financieros y colocación de Obligaciones Negociables en el mercado de capitales aportaron más de US$22.000 millones. También aportaron los bancos vendiendo dólares propios, los importadores postergando pagos al exterior y los exportadores anticipando la liquidación de las ventas externas.

Se estima que hay más de US$80.000 millones que todos estos sectores podrían demandar al Banco Central y que representan más de tres veces las reservas internacionales. Por ahora, el equipo económico de “el mejor ministro de Economía de la historia” como lo definió el presidente Milei a Caputo, no pudo frenar la corrida y en menos de una semana enfrenta el desafío de renovar deuda en pesos por casi diez billones.