Tal como preveían las consultoras especializadas, la inflación desaceleró en abril casi un punto respecto a marzo pese a la salida del cepo cambiario. Se trata de una buena noticia para Javier Milei, aunque los expertos advierten que se da en un contexto de congelamiento de paritarias y consumo deprimido que contribuyeron a contener la suba de precios, a lo que se sumó la presión del Gobierno sobre algunos sectores clave.
En concreto, el IPC del Indec registró un alza mensual de 2,8% en abril, y acumuló en lo que va de 2025 una variación de 11,6%. En la comparación interanual, el incremento fue de 47,3%. Se trató del primer indicador de precios tras la salida parcial del cepo cambiario y la implementación del nuevo esquema de bandas para el dólar, que entraron en vigencia el 14 de abril pasado.
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Las divisiones de mayor aumento fueron dos relacionadas con el rubro turístico, en el contexto de Semana Santa y los posteriores feriados del fin de semana largo que cayeron ya en mayo. Se trató de "restaurantes y hoteles", que subió 4,1% y "recreación y cultura, que subió un 4%.Aun así, las subas con componente estacional fueron de menor incidencia que en marzo, lo que explicó en parte la desaceleración.
La división que registró la mayor incidencia en todas las regiones fue Alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentó un 2,9% por las subas en Carnes y derivados, Leche, productos lácteos y huevos y Pan y cereales.
En paralelo, la Canasta Básica Alimentaria superó por primera vez el medio millón de pesos para una familia tipo y se ubicó en 502.291 pesos como línea para no ser indigente. La Canasta Básica Total, por su parte, trepó a 1.110.063 pesos, definiendo en esa cifra la línea para no ser pobre.
Como en meses anteriores, la suba fue inferior a la inflación en ambos casos: de 1,3% para la CBA y 0,9% para la CBT. En este caso, gracias a la nula incidencia de las divisiones que lideraron el IPC general.
Qué pasó con el dólar y la inflación en abril
Objetivamente, el haber podido salir del cepo sin sobresaltos inflacionarios es una buena noticia y un logro para el Gobierno, que apunta todo a afrontar el calendario electoral que ya inició, por los próximos seis meses, con indicadores macro en orden. El punto clave es que, finalmente, no se produjo la disparada del dólar que muchos vaticinaban. La divisa norteamericana apenas superó los 1.200 pesos durante un par de jornadas, pero se mantuvo casi siempre en la mitad inferior de las bandas, lo que permitió contener el traslado a precios que se avizoraba apenas realizado el anuncio del fin del cepo.
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Más allá de esto, los expertos destacan que la clave está en la nueva dinámica en la que el tipo de cambio es fijado por el mercado, lo que hace que a las empresas les sea más difícil predecir si el dólar aumentará o no. "A diferencia de otras ocasiones, en las que el tipo de cambio lo llevaba el Banco Central, ahora el mismo depende del mercado, es más irregular y volátil. Entonces las que antes decían 'muevo mi precio de acá a acá' (siguiendo el crawling peg) ahora no saben cuál es su precio de referencia, porque un día el dólar está arriba y otro día abajo", explicó Sebastián Menescaldi, economista jefe de la consultora Eco Go.
Además, "el mercado descontó buena parte de la devaluación en los precios de marzo", advirtió el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) tras conocerse la inflación de este miércoles. Es decir, parte del traslado a precios del fin del cepo ya se habría consumado antes debido a la incertidumbre del acuerdo con el FMI y el pronóstico del mercado de que el organismo exigiría salir del esquema cambiario de devaluación del 1% mensual, como efectivamente ocurrió, por lo que "evaluar los resultados requiere de analizar la inflación de abril junto con la de marzo", señaló el CEPA.
Menos inflación, pero con menos consumo y tarifas pisadas
Pero, por fuera del factor cambiario, el contexto sigue sin ser alentador para el Gobierno, ya que la desaceleración inflacionaria se dio en el marco de precios regulados pisados y una depresión del consumo que continúa. "A contramano de las declaraciones oficiales que sostienen razones monetarias como causal inflacionaria, el Gobierno profundizó las anclas vinculadas a los costos/demanda: los regulados", recordó el CEPA. De hecho, esta categoría es la que menos aumentó en abril, un 1,8% frente a un 1,9% de los estacionales y un 3,2% de la inflación núcleo.
Una clave estuvo en los salarios, los cuales, si bien no son estrictamente un precio regulado, se le parecieron bastante gracias la pauta del Gobierno de no homologar paritarias mayores al 1%, que continuó pese a que la inflación de marzo fue casi cuatro veces mayor.
Además, en abril la Secretaría de Energía pospuso una vez más la implementación de la Revisión Quinquenal Tarifaria, lo que evitó que las tarifas de luz y gas se actualicen por inflación, como ocurrirá efectivamente a partir de mayo. Al mismo tiempo, la Secretaría de Transporte se abstuvo de convalidar el mes pasado subas en el boleto de colectivos de las líneas nacionales del AMBA, atrasando su tarifa respecto a las de CABA y el conurbano bonaerense.
La presión del Gobierno también llegó al consumo masivo (alimentos, limpieza e higiene), de incidencia determinante en la inflación general. Tanto con expresiones públicas de Luis Caputo hacia los supermercados como con reuniones privadas del propio ministro y este sector, siempre con el objetivo de evitar que las grandes cadenas convalidaran las listas de precios con subas del 9%, como finalmente ocurrió.
Al respecto, Menescaldi recordó que otro elemento que contuvo una mayor inflación es que el propio consumo lleva ya 16 meses seguidos con indicadores negativos y el bolsillo no tiene margen para grandes aumentos. "El traslado a precios (de la volatilidad del dólar) fue más difícil porque tampoco la demanda se está convalidando. Entonces muchas empresas prefirieron mantener el volumen de producción y ganar un poco menos", señaló el economista de Eco Go.
Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), recordó también que otro factor de la desaceleración inflacionaria de abril fue la "apertura importadora, que se vio sobre todo en el equipamiento del hogar en productos de línea blanca y moderó aumentos de precios en algunos sectores". Una dinámica que, si bien resulta positiva para los precios, afectará la actividad industrial interna en los próximos meses.