Los activos virtuales, como la memecoin $LIBRA que promocionó el presidente Javier Milei y terminó en una estafa global, solo podrán estar a disposición de los ahorristas con una advertencia clara de que se trata de una inversión de alto riesgo, sujeta a alta volatilidad y la posibilidad de “pérdida total” de dicha inversión, según una resolución de la Comisión Nacional de Valores (CNV).
La CNV reguló la actividad de los Prestadores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV), como se denominan a las criptomonedas entre ellas las memecoins, y estableció que para ofrecer esos activos en el país tendrán que crear una empresa SA o SRL (deja afuera a las SAS, una conformación de empresas ideadas por la gestión de Mauricio Macri y que siempre se sospechó es utilizada para actividades opacas) y cumplir con una serie de regulaciones.
La principal medida incluida es una advertencia de los proveedores de memecoins que se deberá mantener por 90 días a la vista de los ahorristas desde el momento de su lanzamiento al mercado, en la que se le debe informar al ahorrista de los riesgos de la inversión, mientras que las billeteras cripto a través de las que se operan tendrán que advertir sobre “riesgo de pérdida total”.
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La advertencia que se debe poner bien visible para los ahorristas según la Resolución General 1058 de la Comisión Nacional de Valores (CNV) dice:
“Solo podrán estar disponibles a los usuarios dentro de la plataforma y/o aplicación móvil del PSAV, los Activos Virtuales cuyo lanzamiento tenga una antigüedad menor a noventa (90) días, siempre que cuenten con una indicación especial a modo de advertencia de que dichos activos tienen menos de noventa (90) de lanzados por lo que podrían conllevar una volatilidad, un riesgo de pérdida del total de los montos alocados a esos activos, y en general un nivel de riesgo, en todos los casos, potencialmente aún superior a otros Activos Virtuales que cuentan con mayor historial”.
De haber estado vigente esta decisión de la CNV antes del lanzamiento de $LIBRA, Javier Milei no habría podido hacer la “difusión”, un término que usa la propia CNV para no chocar con el Presidente. Por lo menos, los inversores argentinos que operen con prestadores de servicios virtuales en el país se hubiesen encontrado con un cartel con la advertencia: usted puede perder toda su inversión si sigue con esta operación.
La Resolución General que se difundió esta semana establece que para poder proveer servicios con activos virtuales en la Argentina tenes que cumplir con el registro en la CNV y todas las condiciones de esa norma. Entre ellas, se destacan: divulgación de información; requisitos de ciberseguridad; patrimonio neto mínimo; reportes de info a regímenes informativos de la CNV; datos vinculados al lavado de activos; gestión de reclamos; normas específicas de informática; manejo de la información (confidencialidad); incluso qué hacer ante incumplimientos.
La norma incluso establece taxativamente la prohibición de operar como PSAV si no está inscripto en el registro.
MÁS INFO
Dicha reglamentación se conoció apenas unos días después de la renuncia de Sergio Morales, un asesor de la CNV que llegó impuesto por Karina Milei, la secretaria General de la Presidencia y hermana del presidente de la Nación. Morales, Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy fueron quienes actuaron como vínculo en el Tech Forum de octubre del 2024 en el Hotel Libertador, del Presidente con Hayden Davis, el responsable final del lanzamiento de $LIBRA.
Justamente Morales era el responsable, dentro de la CNV, de desarmar las regulaciones de la CNV que frenaban el negocio de los criptoactivos.
El organismo regulador de la actividad financiera junto al Banco Central de la República Argentina (BCRA) habían lanzado en 2023 una alerta conjunta sobre los riesgos e implicancias de los criptoactivos, en la que recomendaban una actitud prudente a fin de mitigar una eventual fuente de vulnerabilidad para los usuarios e inversores.
La CNV, bajo el control del presidente Milei, desarmó alguna de las restricciones y ahora avanzó en regulaciones para permitir la comercialización de criptoactivos, pero mantiene la advertencia de los riesgos de pérdida total de los ahorros y las barreras para no contagiar con las crisis al sistema financiero formal.