Cobran menos y trabajan el triple: los cartoneros sufren la caída del consumo y la apertura importadora

Mientras día a día miles de cartoneros revuelven la basura para recuperar, reciclar y ganarse la vida, cada vez están más lejos de cubrir una canasta básica: hace un año necesitaban 920 kilos de cartón, pero hoy el número escaló a 4.300 kilos. Aseguran que el precio cayó más del 50% y creció 248% la importación de papel.

16 de enero, 2025 | 00.05

Despidos y suspensiones en fábricas, más personas durmiendo en la calle, largas filas en comedores y merenderos, y la atención de salud pública al límite pintan el duro panorama de un enero con calor extremo, donde para la mayoría las familias argentinas la preocupación principal sigue siendo cómo llegar a fin de mes. En este mismo escenario, la situación de las y los trabajadores cartoneros evidencia el impacto de las políticas económicas tras el primer año de gestión de Javier Milei: el precio del cartón cayó de 300 pesos a 120 pesos, una baja de más del 50% en un momento en el que la crisis del consumo interno generó que haya menos papel y cartón en las calles. Además, cuando hace un año se necesitaban 920 kilos de cartón para adquirir una canasta básica, hoy el número escaló a 4.300 kilos.

“Lamentablemente somos cada vez más los que empujamos un carro para poder sobrevivir. Hasta hay gente que tiene un trabajo formal pero no le queda otra que laburar nueve horas y salir después a juntar cartón para llegar con la comida o pagar un techo donde vivir”, señaló en un extenso diálogo con El Destape, Jonatan Castillo, cartonero y referente de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR). Según contó, al combo letal de precios en caída libre y menor cantidad disponible por la crisis local, se suma que el gobierno nacional fomentó la apertura desregulada de importaciones lo que hizo que el ingreso de papel y cartón desde afuera aumentara 248%.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

“Es muy triste ver a la gente que se pelea por un plato de comida y a las trabajadoras de la olla popular llorar porque no tienen nada más para ofrecer. La estamos pasando muy mal, pero a pesar de las dificultades hay un esfuerzo por parte de muchos trabajadores de organizarse y luchar por mejores condiciones y por precios justos, por la conciencia social sobre la importancia del reciclaje y por la dignidad laboral”, sumó Castillo.

Canasta básica: cada vez más lejos de la mesa cartonera

La situación es muy complicada, venimos sufriendo la baja de la materia prima como el cartón, papel y distintos materiales con los que trabajamos los compañeros y compañeras revolviendo en la calle y en algunas plantas de reciclado. Nos empezaron a bajar considerablemente el precio y también cayó mucho el consumo, lo que hace que haya menos material en la calle. Por lo tanto, menos material y más barato implica menos plata en el bolsillo y menos comida para las familias de la economía popular”, graficó a este medio Jonatan Castillo, cartonero y referente de la FACCyR, que organiza a cooperativas y trabajadores de la actividad en todo el país. 

Según contó, las y los trabajadores cartoneros, carreros y recicladores que hace un año atrás ya superaban los más de 150.000 en el país, han visto triplicar su carga laboral en 2024: “antes se caminaban unas cinco cuadras y capaz se llegaba a llenar un bolsón, hoy se caminan mínimo 20 cuadras y quizás ni siquiera queda muy lleno”. El trabajador de la economía popular (incluye actividades como recuperación, reciclado y servicios ambientales, comercio popular, servicios socio-comunitarios, agricultura campesina, oficios varios) aseguró que el menor consumo de la población –cayó 18% en diciembre y cerró un año con todos números en rojo, según la consultora Scentia- impactó de lleno en la cantidad de material disponible en la calle.

Desde diciembre del 2023 al cierre del 2024, el cartón sufrió una baja de entre el 50% y 60%: “lo vendíamos a 290/300 pesos y hoy lo estamos pudiendo vender a 120 pesos, con suerte. El papel de celulosa de segunda -diarios, revistas-, está valiendo 80 pesos cuando el año pasado lo vendíamos a 140 pesos”, señaló Castillo a El Destape. Y agregó: “Mientras sufrimos la baja del cartón, al mismo tiempo subió la carne, la leche y lo básico que necesitan nuestras familias”. 

Sobre las razones del menor precio de la materia prima con la que trabajan, destacó como principales: la paralización de la producción industrial en general y de la industria papelera en particular, y la apertura desregulada de las importaciones que hace que la industria recicladora sustituya materia prima local por importada. 

En primer lugar, los datos oficiales muestran que la producción industrial total se contrajo 11% en once meses del 2024, apuntando dieciocho caídas interanuales consecutivas, en tanto que la industria papelera retrocedió 12,9% anual. “La crisis de la actividad económica nos dio de lleno y es difícil ver una recuperación inmediata”, explicó. En segundo término, “la ‘Ley Bases’ permitió a todas las empresas importar papel de celulosa, traer bovinas de papel de Brasil a precio barato en dólares, es decir, la industria está comprando basura y no recuperando la materia prima que el mismo mercado produce, solo descartan”. 

En este contexto, desde la Federación indicaron que la importación de papel y cartón aumentó 248% en 2024. “Milei gobierna para pocos y empuja a los de abajo a la miseria y el abandono. Quieren destruir en pocos meses lo construido en 20 años de organización y lucha. No vamos a bajar los brazos”, expresaron en un comunicado reciente. Así, mientras día a día miles de cartoneros en el país revuelven la basura de la sociedad buscando recuperar, reciclar y ganarse la vida con un trabajo que alimente a sus familias, lo cierto es que cada vez están más lejos de llegar a cubrir una canasta básica.

“El año pasado podíamos comprar una canasta básica con 920 kilos de cartón, hoy necesitamos 4.300 kilos para llegar”, dijo el entrevistado y agregó “por eso muchos compañeros pasan horas y días tratando de llegar a esos kilos, cirujeando sin tomarse un rato para descansar, porque las cuentas aprietan, los hijos necesitan comer, hay que comprar zapatillas y ropa, vivir la vida que debería ser normal, pero se complica cada vez más”. El costo de la Canasta Básica Total (alimentos más algunos servicios básicos) para una familia de cuatro integrantes superó en diciembre los $1.024.000, según el INDEC. Esto significa que para poder a llegar a cubrirla, considerando el valor de un Salario Mínimo, Vital y Móvil (279.000 pesos), “en un hogar ‘tipo’ deberían trabajar la madre, el padre, los dos menores y hasta la mascota”, señalaron desde el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía para dimensionar la pérdida de poder adquisitivo.

Por su parte, la realidad de los barrios populares evidencia incrementos arriba del promedio general. Según el relevamiento mensual del Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana (ISEPCi) en el último mes de 2024 el valor de la Canasta Alimentaria aumentó 5,1%. “Los cortes populares de la carne subieron en diciembre 20,9% y empujaron un fuerte incremento. Lejos de consolidarse una desaceleración constante y definitiva en los aumentos de los alimentos, vuelve la inestabilidad y la incertidumbre para los presupuestos familiares en los hogares de menores recursos”, resaltaron.

En ese sentido, alertaron por la creciente inseguridad alimentaria: el 77% de las familias se vieron obligadas a reducir sus porciones o suprimir comidas debido a los recursos suficientes, en tanto que 7 de cada 10 indicó que tuvo que privarse de comer uno o varios productos como carnes, verduras, frutas, lácteos, cereales, o legumbres.

Más personas viviendo del cartoneo

“Nuestro sector no deja de abrir las puertas a todos aquellos y aquellas que se quedan sin trabajo, que ya no son parte del laburo formal”, afirmó Jonatan a este medio. Lo anterior va de la mano de la cada vez mayor cantidad de personas que empezaron a trabajar en la actividad en el último tiempo.

“Hay un compañero que está trabajando en una empresa privada y por la tarde sale a changuear afuera y una vez a la semana manda el material a la planta de reciclado” describió sobre la compleja situación de las y los trabajadores argentinos, golpeados por la recesión económica, la pérdida de fuentes de trabajo y el ancla salarial. Entre otras situaciones contó que “hay otros trabajadores que están dentro de la planta de reciclado hasta las cuatro horas de la tarde y salen luego con su carrito hasta la noche para poder ganar algo más de plata”.

Los datos oficiales muestran que la informalidad laboral alcanzó en el país a casi el 40% de las y los ocupados de los cuales, a su vez, seis de cada diez son pobres. Además, el porcentaje aumenta más de veinte puntos en el caso de jóvenes y mujeres, que engrosan las filas del decil de menores ingresos de la sociedad.

Sobre la dinámica laboral, explicó que la mayoría de los cartoneros “depende de un intermediario, de un galponero que le paga migajas y por eso nos organizamos, buscamos que al trabajador le quede la mayor parte de la ganancia porque le corresponde por revolver la basura, cuidar nuestra casa común y el medio ambiente”. Sobre esto último, cuestionó que “el actual gobierno vino a desaparecer todo el piso de derechos conquistados así como todas las políticas medio ambientales, ya que el presidente no cree en el calentamiento global, en la cuestión climática, en el reciclado”.

Desmantelamiento de políticas laborales

Apenas asumió el gobierno de La Libertad Avanza (LLA) reemplazó el programa Potenciar Trabajo -dirigido a personas con trabajo informal y en situación de vulnerabilidad socio-económica- por dos nuevos programas: Volver al Trabajo (PVT) y Acompañamiento Social (PAS), bajo la órbita del Ministerio de Capital Humano. El programa original buscaba garantizar un complemento a los ingresos de esos trabajadores a partir de un salario social con contraprestación, fijado por resolución en el 50% del valor del Salario Mínimo.

Sin embargo, además de recortar el número de beneficiarios la administración nacional decidió congelar el valor del beneficio en $78.000 fijos mensuales desde inicios del 2024. Como resultado, según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), los recursos destinados al ex Potenciar Trabajo habían acumulado en noviembre un recorte del 59,3%. “El gobierno decidió mantener congelado el monto transferido, lo cual se tradujo en una profunda caída en el poder de compra. El valor real de esta transferencia se ubicó 58% por debajo del nivel que tenía en noviembre de 2023. En el mismo período, el Salario Mínimo registró una caída real del 27,8% por lo que, de haberse seguido actualizando en función de este parámetro, el ajuste sobre habría sido también significativo, aunque en una magnitud inferior”, analizó un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP). 

“El Potenciar Trabajo justamente complementaba nuestro sueldo, es decir, sumaba al trabajo que ya hacemos para volver más dignos los ingresos, pero nos lo arrebataron y además se congeló ese sueldo a todos los compañeros”, indicó el referente de los cartoneros y recordó que en 2024 el gobierno libertario avanzó también con cambios en el monotributo social que implicó la reducción de la cobertura de la obra social y hasta la baja directa de más de 60.000 trabajadores, generando mayor pérdida de formalidad laboral.

De cara a los próximos meses de este año, Castillo indicó que pueden ser “aún más complicados” en tanto que remarcó que esperan, nada más y nada menos que “poder comer con dignidad en nuestras casas, que la familia cartonera le pueda dar de comer a sus pibes con la misma dignidad que tiene que tener cualquier trabajador”, cerró.