No se descarta que tras levantar todas las restricciones sobre el acceso al dólar se registren cambios bruscos en la cotización. Es por eso que una parte del equipo económico que conduce el ministro Luis Caputo se aboca a encontrar alternativas para morigerar ese "casi inevitable" efecto. Por lo pronto, la propuesta es establecer un mecanismo de intervenciones discrecionales, lo que se denomina "flotación administrada" o "flotación sucia".
La iniciativa oficial fue revelada por Federico Furiase, uno de los directores del Banco Central, y Martín Vauthier, asesor de Caputo, durante una presentación en la Universidad Torcuato Di Tella que se realizó la semana pasada, que replicó la agencia Bloomberg. "Está claro que la Argentina tiene que tener una volatilidad monetaria limitada", señaló Furiase, dejando en claro que la moneda no flotará libremente.
El plan
Durante la charla ambos colaboradores de Caputo reiteraron la necesidad de restringir la cantidad de pesos que se mantiene como deuda del Tesoro para seguir acotando la posibilidad de presión sobre el tipo de cambio cuando se levanten las restricciones. El presidente Javier Milei y Caputo afirmaron que van a eliminar los controles cambiarios el año próximo, pero no dieron detalles sobre el tipo de régimen cambiario que aplicarán luego de la salida del cepo.
"Ya lo diseñamos pero no podemos revelar muchos detalles. Está claro que Argentina tiene que tener una volatilidad monetaria limitada”, añadió Furiase, al sostener que otros países han logrado bajar la inflación con “una flotación administrada que controla la volatilidad de la moneda”, aunque no dio precisiones de cómo hará para parar una eventual corrida cambiaria cuando se libere la cuenta capital.
El requisito previo para levantar los controles de divisas es capitalizar el Banco Central, reconoció Furiase. También deben cumplirse otras condiciones, como reducir la cantidad excesiva de pesos que se mantiene en gran medida en deuda del Tesoro, para evitar tensiones económicas durante la transición.
La mayoría de las restricciones comerciales se fueron flexibilizando, aunque los exportadores siguen teniendo que vender el 80% de sus ingresos en divisas en el mercado oficial al contado y el resto en los mercados de capitales.
Para facilitar la transición, el gobierno planea seguir limitando la cantidad de dinero en circulación, lo que se supone que obligará a los tenedores de dólares a cambiar sus tenencias de la divisa estadounidense por moneda nacional. Este enfoque ha fortalecido el peso y ha permitido al banco central comprar dólares, según los funcionarios.