El Banco Central anunció este lunes que acelera el ritmo de devaluación a partir de enero del año próximo. El organismo emitió un comunicado en el que adelanta cómo será el nuevo esquema de bandas de flotación para el año próximo, junto a otras medidas tendientes a la acumulación de reservas. "El régimen de flotación entre bandas: a partir del 1 de enero de 2026, el techo y el piso de la banda de flotación cambiaria evolucionarán cada mes al ritmo correspondiente al último dato de inflación mensual informado por INDEC (T-2) --es decir, la de dos meses previos--", señala el comunicado.
"Dado que el ritmo de deslizamiento de las bandas no se ajusta por la inflación de Estados Unidos, el techo de la banda se incrementa en términos reales a lo largo del tiempo. Las bandas de flotación cambiaria seguirán cumpliendo la función de limitar el riesgo de movimientos extremos y abruptos en el tipo de cambio", explica la entidad que conduce Santiago Bausili.
La medida busca mejorarle la competitividad al peso, en medio de profundas y variadas críticas de bancos, inversores y economistas por el atraso cambiario. Actualmente, las bandas se actualizan a un ritmo de 1% mensual, pero ahora será en el porcentaje de inflación (tomando la de dos meses atrás), con una inflación que oscila entre 2%y 3%; con lo que mes a mes pierde valor de poder de compra frente a la suba de precios.
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Con los cambios en la actualización de las bandas (piso y techo) se busca que el precio de la divisa, que usualmente se ubica más cerca de su máximo, arrojaría una apreciación real (descontada la inflación). Esto será así siempre y cuando la economía de Milei arroje cifras de inflación a la baja. En caso contrario, el tipo de cambio se atrasará ante una espiralización de los precios.
Al final había que comprar reservas
Bajo el argumento de consolidar la estabilidad de precios, el Banco Central anunció “el inicio de una nueva fase del programa monetario”. Los esfuerzos de la autoridad monetaria, según señalan, priorizarán el objetivo de alcanzar la “convergencia de la inflación doméstica al nivel de inflación internacional, creando condiciones favorables para el crecimiento, la re-monetización de la economía y la acumulación de reservas internacionales”.
El nuevo esquema monetario incluye un programa de acumulación de reservas internacionales consistente con la evolución de la demanda de dinero y la liquidez del mercado de cambios. El escenario base de re-monetización del BC prevé un aumento de la base monetaria del 4,2% actual a 4,8% del PBI para diciembre de 2026, que podría ser abastecido mediante la compra de 10 mil millones de dólares sujeto a la oferta de flujos de la balanza de pagos.
“Un aumento adicional de la demanda de dinero de 1% del PBI podría llevar las compras a 17.000 millones de dólares, sujeto a la oferta de flujos de la balanza de pagos, sin requerir esfuerzos sostenidos de esterilización”, detalla el Banco Central. El mecanismo, en criollo, busca que la compra de divisas coincida con el aumento de la base monetaria con el objetivo de mantener el artificio de un nivel de convertibilidad peso/dólar similar al actual.
“El monto de ejecución diaria del programa de acumulación de reservas estará alineado con una participación del 5% del volumen diario del mercado de cambios. El BC podrá concretar compras en bloque que de otra manera podrían afectar el buen funcionamiento y la estabilidad del mercado”, informa el Central.
El documento insiste en una supuesta vuelta al mercado que le permitirá absorber el exceso de liquidez sin que intervenga el BC. “La recuperación de acceso al mercado internacional de capitales por parte del Tesoro para refinanciar sus vencimientos en moneda extranjera permitirá que las compras de reservas se acumulen en el balance del Central en lugar de ser utilizadas para la cancelación de deudas”.
Para que sea afectiva la compra de reservas, se anticipa una devaluación mayor del tipo de cambio, lo que se suma la baja de retenciones al agro, principal aportante de divisas a la economía.
