El Banco Central (BCRA) concertó con cinco bancos internacionales de primera línea una operación de pase pasivo (REPO) con títulos BOPREAL Serie 1-D por el monto total licitado de US$ 1.000 millones y a un plazo final de 2 años y 4 meses. La operación generó una demanda que casi triplicó el monto licitado, destacando un interés considerable por parte de bancos internacionales.
En la subasta inaugural realizada el 27 de diciembre pasado, el BCRA recibió ofertas por U$S 2.850 millones, superando casi en tres veces el monto licitado. Frente al exceso de demanda y en vista de la evolución favorable de sus reservas internacionales, el BCRA optó por no tomar un monto mayor.
"El fuerte interés demostrado por los principales bancos internacionales afianza el proceso de normalización en el acceso a los mercados internacionales de crédito, en sintonía con la caída del riesgo país que acompaña el ordenamiento macroeconómico consistente y sostenible", indicó la autoridad monetaria.
Por esta operación, el BCRA pagará una tasa de interés equivalente a la tasa SOFR-US$ más un spread de 4,75%. Esto resulta equivalente a una tasa fija del 8,8% anual, considerando los swaps de tasa de interés fija-flotante cotizados en el mercado internacional al mismo plazo.
Qué es un repo
Es una operación donde se vende un activo (como títulos financieros) a cambio de una suma de dinero, con el pacto de recomprarlo en una fecha posterior. En ese sentido, es similar a un préstamo de dinero con una garantía (el activo).
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Los vencimientos en moneda extranjera de este año ascienden a U$S 24.000 millones para el sector público consolidado, nación más provincias. Sin cepo, el Gobierno podría apostar a refinanciar estas deudas en el mercado, pero eso dependerá de las competencias del ministro Luis Caputo para reducir la inflación a una variación menor al 1%.
Según la Secretaría de Finanzas y del Banco Central, los vencimientos de capital e intereses para el año próximo ascienden a U$S 11.290 millones en títulos públicos (Bonares, Globales y Bopreales), mientras que el FMI representa otros U$S 3.000 millones, la deuda con el resto de los organismos U$S 4.000 millones, a lo que se deben sumar unos U$S 6.000 millones de la deuda provincial y las primeras cuotas del swap con el Banco Central de China.
El financiamiento del resto de los organismos bilaterales y multilaterales no suele ser de libre disponibilidad, ya que se inscriben en un proyecto sobre el cual se aplican los fondos. Sin ambición de realizar obra pública, es complicado obtener nuevo financiamiento.
La deuda provincial no se va a poder refinanciar hasta el momento en que Nación pueda volver al mercado a tasas razonables. Sin regreso al mercado, el Banco Central tendrá que liberar los dólares a las provincias para pagar los vencimientos del año próximo.
El swap con China no tuvo ampliación, sino que se hizo una prórroga del vencimiento por un año a pedido del FMI. En 2025, el Gobierno tendrá que comenzar a pagar el tramo activo del swap en cuotas mensuales desde junio. Otro desafío es el calendario que tienen los vencimientos. Entre enero y julio del 2025 vencen casi U$S 15.989 de los U$S 23.792 millones, un 70% del total adeudado.