Luego de constantes presiones por parte del FMI, el Gobierno tuvo que presentar un nuevo plan de política monetaria orientado a fortalecer las reservas internacionales a partir de 2026. El programa fija una pauta explícita: U$S 10.000 millones en 2026, llevando la base monetaria del 4,2% al 4,8% del PBI. Si la demanda de dinero creciera un 1% adicional del PIB, las compras podrían alcanzar U$S 17.000 millones
El eje central del anuncio es un programa de acumulación de reservas internacionales que comenzará el 1 de enero de 2026. El esquema contempla compras de dólares por parte del Banco Central, en línea con el crecimiento esperado de la demanda de dinero y el proceso de remonetización de la economía.
Según las proyecciones oficiales, la base monetaria pasaría del 4,2% actual al 4,8% del PBI hacia diciembre de 2026. Para acompañar ese proceso, el programa habilita compras de hasta U$S 10.000 millones, siempre que exista oferta genuina de divisas en la balanza de pagos. En un escenario de mayor demanda de dinero -equivalente a un punto adicional del PBI-, las compras podrían ampliarse hasta U$S 17.000 millones, sin generar presiones inflacionarias.
El anuncio confirma lo evidente: el régimen previo que defendía el ministro Luis Caputo presentaba una inconsistencia macroeconómica estructural. Era un régimen que ni flotaba, ni acumulaba reservas, ni preservaba competitividad.
“El monto de ejecución diaria del programa de acumulación de reservas estará alineado con una participación del 5% del volumen diario del mercado de cambios. El BCRA podrá concretar compras en bloque que de otra manera podrían afectar el buen funcionamiento y la estabilidad del mercado”, señaló el comunicado.
El Banco Central sostuvo que la liquidez del mercado de cambios “responde a la observación de que el volumen comercializado diariamente en el mercado de cambios presenta fluctuaciones muy significativas”. En esa línea, la entidad ejemplificó con una reducción de un tercio del volumen operado: “En semanas recientes el volumen se redujo a un tercio, pasando de promediar U$S 600 millones diarios a un monto de alrededor de U$S 200 millones (neto de operaciones de pase). Adicionalmente a las operaciones en el MLC (Mercado Libre de Cambios), el BCRA podrá concretar compras en bloque que de otra manera podrían afectar el buen funcionamiento y la estabilidad del mercado”.
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Encajes bancarios
En un apartado menos extenso, el Banco Central informó la continuidad que dará en la política de los encajes bancarios. Aseguró que continuará con el “proceso de normalización gradual”. “El impacto de las modificaciones de los requisitos de integración será un factor relevante en la determinación del equilibrio monetario y, por lo tanto, se llevará a cabo de manera consistente con la estabilidad de precios y con la recuperación de la intermediación financiera”.
Finalmente, la entidad anticipó un ciclo de expansión en la actividad económica, al igual que en el crédito al sector privado, que se verá impulsado por incentivos de mercado “que favorecen la inversión, las exportaciones y el consumo”.
