La crisis económica atraviesa de lleno al entramado productivo. En los últimos dos años se multiplicaron los cierres de empresas, los despidos y las suspensiones, con impacto directo en la industria y en la actividad económica regional. Un relevamiento federal muestra que el deterioro no es aislado ni sectorial: alcanza a casi todas las provincias y expone un escenario de fragilidad creciente para empresas grandes, pymes y comercios.
El panorama empresarial expuesto por un informe del CEPA refleja una situación extendida y persistente. Entre 2024 y 2025 se registraron 629 conflictos laborales y cierres de empresas en todo el país, una cifra que da cuenta de la magnitud de la crisis productiva actual.
Los casos incluyen despidos masivos, suspensiones, quiebras, cierres definitivos, retiros voluntarios y procesos de venta, atravesando sectores industriales, comerciales y de servicios.
La provincia de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de conflictos, con 168 casos, seguida por Santa Fe, Córdoba, CABA y La Rioja, aunque ninguna región quedó al margen del deterioro.
Industria y producción, entre los sectores más afectados
La industria aparece como uno de los núcleos más golpeados por la crisis económica. Actividades como la textil, la metalúrgica, la alimenticia, la papelera y la automotriz registran fuertes caídas de producción y pérdida de empleo.
En muchas provincias, empresas históricas redujeron turnos, paralizaron plantas o directamente cerraron sus puertas, afectadas por la caída del consumo, el aumento de costos y la pérdida de competitividad.
En regiones como La Rioja, Catamarca, Tucumán y Chaco, el impacto sobre la industria local se tradujo en conflictos prolongados y pérdida sostenida de puestos de trabajo, con consecuencias directas sobre las economías regionales.
Despidos y suspensiones: el denominador común
Más allá de las particularidades sectoriales, el denominador común es el ajuste sobre el empleo. En provincias como Santa Fe, Córdoba y Mendoza, se multiplicaron los esquemas de suspensiones y retiros voluntarios como estrategia para sostener empresas en crisis. En otras, como Corrientes, Misiones y Entre Ríos, los cierres definitivos marcaron el pulso del deterioro de la actividad económica.
El sector comercial tampoco escapó a la tendencia: supermercados, restaurantes, hoteles y servicios vinculados al turismo registraron despidos y riesgos de cierre, especialmente en ciudades medianas y pequeñas.
Economías regionales bajo presión
El mapa federal también expone el impacto diferenciado en las economías regionales. El sector maderero, la construcción y la pesca aparecen entre los más afectados en provincias como Misiones, Chubut y Santa Cruz. En algunos distritos, solo estos sectores explican miles de despidos acumulados en los últimos meses, agravando un escenario social ya complejo.
La pérdida de empresas no solo reduce empleo: debilita cadenas productivas completas y limita la capacidad de recuperación de la actividad económica en el mediano plazo.
El relevamiento refleja que la crisis no responde a hechos aislados ni coyunturales. La combinación de caída del consumo interno, apertura importadora, presión de costos y restricción financiera conforma un escenario adverso para la industria y el entramado empresarial en su conjunto.
Aunque algunos sectores intentan resistir con reestructuraciones internas, el mapa de conflictos muestra que la crisis económica sigue expandiéndose y compromete la sostenibilidad de miles de empresas en todo el país.
