Final de Supercopa Italiana, ¿el fútbol del futuro?

El Inter de Lautaro Martínez enfrente a Milan, en el clasico de la ciudad, por la Supercopa Italiana 2025 en Riad, Arabia Saudita. ¿El fútbol del futuro?

06 de enero, 2025 | 13.50

La final de Supercopa de Italia, Inter-Milan hoy en Riad, es un gran ejemplo de fútbol globalizado. Pocos países en Europa viven el fútbol como los italianos. Enric Iglesias, una de las firmas más notables del periodismo español, contó alguna vez que solo en dos países vio tanta locura por el fútbol: en Argentina y en Italia. Pueblos también parecidos en muchos aspectos. El viejo dicho de que “los argentinos son italianos que hablan español”. El fútbol como teatro.

Se vio ayer mismo en uno de sus clásicos más importantes, el que la Roma de Paulo Dybala y Leandro Paredes, ambos titulares, y en buen nivel, le ganó 2-0 a Lazio, que sufrió la expulsión de Taty Castellanos. Sucedió en medio de un final algo escándaloso, bien de clásico rioplatense, y que incluyó alguna simbología nazi en las tribunas e incidentes en la previa. En 2007, Delio Rossi, entonces DT de Lazio, avisó antes del partido que, si ganaban, se daría un baño en la fuente del Gianicolo (Acquanone), monumento histórico en pleno centro, postal hermosa de la Roma eterna. No importaba el frío, dijo el entrenador. Era pleno invierno. Lazio ganó, allí fue Rossi, salió de la fuente y le dijo a la TV que el agua no estaba tan fría. Al día siguiente, se supo que medio centenar de hinchas de Roma había salido corriendo apenas terminó el partido y orinó en la fuente. Anécdotas como estas forman parte de un folclore cotidiano en el calcio, el país que también puede lograr que un presidente exitoso en el fútbol sea elegido luego presidente de la nación. Silvio Berlusconi allí, Mauricio Macri aquí.

En tiempos de Diego Maradona, Zico, Michel Platini y Zinedine Zidane, por citar solo a algunos, el calcio fue la meca, el dorado del fútbol mundial. Los mejores salarios, la mejor TV, las hinchadas más ruidosas. Todo terminó en un escándalo de corrupción, con clubes de cuentas infladas, balances truchos y dirigentes en la cárcel. Ya no hay más familias tradicionales italianas al frente de clubes que, en rigor, siempre fueron una SAD. Los tiempos globalizados llevaron a que buena parte de clubes tradicionales de Europa sean hoy propiedad de fondos de inversión, de capitales de riesgo, la mayoría de ellos con sede en Estados Unidos. Es el caso de Milan y de Inter, dos de sus clubes más tradicionales. Así, el viejo clásico de la Madonnina (el monumento histórico de la Vírgen en la Catedral de Milán), es hoy el clásico en Riad, que paga a cambio una bolsa record de 13 millones de euros (8 para el ganador y 5 para el perdedor).

La Supercopa italiana, ¿el fútbol del futuro?

Hay un contrato en estudio que alargaría la final de Supercopa italiana en Arabia Saudí por cuatro años más. Riad paga un dinero casi imposible de igualar para cualquier otra capital que quiera ser sede de ese trofeo. La alternativa, dice la prensa italiana, es que la final pueda mudarse a Estados Unidos. Tendría una lógica si vemos quienes son hoy los dueños de ambos clubes: Inter, que era chino, es propiedad de Oak Tree. Y Milan de Red Bird. Capitales de Estados Unidos, claro. ¿Será el fútbol del futuro?