Históricamente, los 24 de marzo se han convertido en una jornada de lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia. El deporte, como parte fundamental de la sociedad, también se ha involucrado en esta lucha de los derechos humanos, pero con idas y vueltas. Con vaivenes propios de los climas de época, el fútbol, por ejemplo, ha soportado mucho de esos vaivenes y mantuvo uno de los acuerdos fundamentales para la jornada. Mientras que a otras actividades que fueron mucho más dañadas por la cruenta dictadura cívico militar le ha costado dar ese salto.
Desde hace un par de años, el fútbol llegó a un acuerdo para no jugar en esta fecha. Incluso, la Selección Argentina ha tenido que cambiar encuentros de Eliminatorias por pedido de las organizaciones de derechos humanos. Pero no fue un hecho que nació de un repollo. Fue una construcción social que llevó a que exista una unión entre la sociedad y la memoria. Para llegar a estos momentos, por ejemplo, hubo que trabajar y vale decir que, por ejemplo, en 1996, a 20 años del golpe de Estado fue Futbolistas Argentinos Agremiados quien dispuso un pedido a la AFA para hacer un minuto de silencio antes de cada partido en la tercera fecha del Clausura.
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Tal cual rememoró el periodista Oscar Barnade en una nota en Clarín, solo hubo un partido en el cual no se cumplió: Belgrano vs Racing. El árbitro, en ese momento, fue Daniel Giménez quien fuera sargento del Ejército Argentino. Con el paso del tiempo, los clubes se fueron sumando a los pedidos de Memoria, Verdad y Justicia. Incluso, por si mismos y con un acompañamiento completo en cada una de los últimos 24 de marzo, aunque más no sea con un mensaje en sus redes sociales. Fue un espacio ganado que -en formato deseo- posiblemente se repita en este 2025.
Ya de por si, Excursionistas salió a la cancha con un pañuelo blanco con el Nunca Más escrito, también Lanús y Argentinos Juniors -por el mes de la memoria- generaron una camiseta con el pañuelos de las madres y, nuevamente, Gimnasia y Esgrima La Plata restituyó carnets convirtió en Socios Honorarios y Socias Honorarias, en este caso a 34 triperos y triperas víctimas del terrorismo de Estado. La memoria se construye.
Hockey y rugby
El 27 de mayo de 1978, Adriana Inés Acosta, avisó que se iba a encontrar con amigos en una pizzería. Pero no regresó nunca a la pensión que vivía. Era jugadora de hockey, fue capitana del equipo juvenil de Lomas Athletic y llegó a integrar la Selección. Además, se convirtió en la primera deportista desaparecida.
Sin embargo y más allá de un "veranito" de época en la década anterior, al hockey le ha costado extender la buena costumbre de la memoria. Por ejemplo, la Confederación Argentina de Hockey programó una fecha para esta jornada. Fue Manuela Fernández y Mayna, jugadora y capitana de Racing, quien se quejó por esta situación. En una nota con el programa Era Por Abajo, la deportista indicó: "En general, para el día 24 de marzo, al ambiente de hockey lo percibo bastante olvidadizo".
Ese mismo problema -y estigma, quizás- quedó en el rugby. El deporte de la ovalada fue el más dañado por el golpe de Estado. La investigadora sanjuanina, Carla Ochoa, reveló que en total fueron 155 jugadores de rugbiers que fueron secuestrados y desaparecidos. En total, 63 clubes de 12 provincias fueron los objetivos de la dictadura militar y de los jugadores. La Plata Rugby Club, por ejemplo, tuvo 20 rugbiers desaparecidos.
Como respuesta, durante los últimos cuatro años, la Unión Argentina de Rugby sacó un mismo mensaje. Copiado y pegado. "En este 24 de marzo, Memoria, Verdad y Justicia para los jugadores de rugby víctimas del terrorismo de Estado. Acompañamos desde la UAR a todas las familias en su lucha más allá del vínculo con nuestro deporte". Sin embargo, con los vaivenes de los climas de época, en 2024 le sacó dos palabras importantes: "de Estado". Lo "correcto", ahora, tiene que ver con el clima de época que ellos sintieron.
Más allá de eso, en momentos en los que muchos deportistas temen expresarse, es importante que las instituciones aparezcan y mantengan el pedido más genuino de todos: Nunca Más.