En el inicio del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona de este martes, Leopoldo Luque, último médico del máximo ídolo popular, reapareció publicamente tras varios meses e impactó con su cambio físico. El neurocirujano, acusado de homicidio simple con dolo eventual por el fallecimiento del "10", pudo sortear a los medios de comunicación gracias a su aspecto.
Del hombre con cuerpo menudo, barba y mostrarse en moto no quedó nada. Luque, que atendió a Maradona durante los últimos meses de su vida, llegó al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nro.3 de San Isidro irreconocible: físico voluptuoso, rostro con retoques estéticos, anteojos de sol azules, que luego en la sala cambió por tradicionales de lectura, y sin barba.
Dicho cambio en su fisonomía le permitió al médico no ser reconocido por los periodistas que estaban en la puerta del TOC de San isidro, como tampoco por los fanáticos de Maradona, que en cambio sí tuvieron una acción contundente en la llegada de Agustina Cosachov, psicóloga de Diego, a la que insultaron y le dedicaron varias palabras.
Según reveló el diario Clarín, Luque habría cambiado su pasión de las motos por el fisicoculturismo, deporte en el que, incluso, participó de algunos torneos oficiales. Además, de aquellos días en los que se mostraba amable con la prensa cuando atendía al astro, en la actualidad también la modificó por gestos serios y adustos ante las cámaras.
Comienza el juicio por la muerte de Diego Maradona: quiénes son los imputados
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Leopoldo Luque
El médico personal de Maradona fue quien solicitó la externación (NdR: proceso de acompañamiento institucional que se realiza con personas que han sido internadas por un sufrimiento mental) del oriundo de Villa Fiorito tras la cirugía por el hematoma subdural. Según fuentes de la causa, hay audios que le habría mandado a la víctima durante los días previos al fallecimiento.
Los fiscales Cosme Iribarren, Laura Capra y Patricio Ferrari consideran que el neurocirujano omitió ofrecer información sobre la salud de Diego a sus hijas Dalma, Gianinna y Jana, además de que habría falsificado una firma del ex entrenador en un pedido de historia clínica tras la internación en la clínica de Olivos. En tanto, Luque está imputado de restarle importancia a los síntomas compatibles con una insuficiencia cardíaca, no seguir los controles ni convocar a especialistas.
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Agustina Cosachov.
La psiquiatra está imputada por haber falsificado presuntamente un certificado médico de una visita que nunca realizó. La profesional indicaba a los enfermeros qué dosis y qué medicamentos debían proveerle al exfutbolista campeón del mundo en México 1986.
En esa línea, la Fiscalía sostiene que Cosachov, de 40 años, no reguló la ingesta de la medicación de forma personal y aseguró a los hijos de Maradona y familia que lo que ocurría era consecuencia de "la espontánea decisión del paciente".
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Ricardo Almirón
El enfermero, que en los últimos días designó a Rodolfo Baqué y Martín Miguel de Vargas como sus dos nuevos defensores (ya era asesorado por Franco Chiarelli), se encuentra acusado de no cuidar a Maradona (al igual que Gisela Madrid). El hombre de 41 años alega que "Pelusa" no quería que ingresen a la habitación y los rechazaba. Una orden que habrían recibido de los médicos era "no molestar al paciente".
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Carlos Díaz
El psicólogo atendió a Diego por pedido del abogado Martín Morla. Según figura en su cuenta de LinkedIn, Díaz estudió en la Universidad del Salvador entre 2011 y 2016. De acuerdo a su declaración, "nunca pudo haber influido en la muerte" de Maradona: "Muchas cosas me llamaron la atención de las que vi. En primer lugar, que un paciente viva con empleados y no con su familia es algo que a mí me llama la atención. Es la primera vez que veo esto en la práctica clínica. Por otro lado, en la reunión en la Clínica Olivos, donde estuvieron todos, algunos de sus familiares luego no participaron en ningún otro momento del tratamiento. Ni un solo día", declaró tiempo atrás.
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Pedro Pablo Di Spagna
El médico de 52 años está sindicado de no controlar el estado de salud del astro argentino, al tiempo que según la acusación, solo habría concurrido en dos ocasiones a la casa del country de Tigre. La primera vez fue el 12 de noviembre cuando controló al ex entrenador de Gimnasia y Esgrima (LP) de forma personal y ordenó que se realice una serie de estudios, tales como pruebas de laboratorio, placa de tórax, electrocardiograma, eco doppler. El facultativo recomendó que se integre al personal de salud un nutricionista porque ese día Maradona estaba constipado tras comer brócoli con camarones a la provenzal.
La segunda oportunidad tuvo lugar el 18 de noviembre, siete días antes del deceso, donde afirmó que no pudo chequear a Diego porque "no se dejó". Los fiscales remarcan que Di Spagna nunca se aseguró de que los análisis indicados se hayan llevado a cabo y por ende no controló la situación.
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Nancy Edith Forlini
La mujer de 56 años era la coordinadora de la gerencia de cuidados domiciliarios en la prepaga Swiss Medical. Tras la última cirugía, la empresa de medicina prepaga le brindó servicios de cuidado a Maradona en el country de Tigre. En un escrito, Forlini acusó a Luque y Cosachov de ser quienes tomaban las decisiones sobre los tratamientos.
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Mariano Perroni
El jefe de los enfermeros Almirón y Madrid se encargaba de coordinar las tareas a los dos profesionales imputados. Para los fiscales, escribió planillas con información que no coincidía con "el real estado y atención médica que Diego Armando Maradona recibía".