Tras terminar con una temporada difícil y cumplir con algunas obligaciones que le habían quedado pendientes con Alpine, Franco Colapinto quedó liberado a mediados de diciembre para volver a Argentina para pasar las Fiestas rodeado de amigos y familiares. De hecho, el pilarense fue noticia ni bien aterrizó en Ezeiza debido a su participación en una conferencia de prensa organizada por Renault Argentina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Ahora bien, por fuera de esa responsabilidad, el piloto argentino se dedicó exclusivamente a relajar después de un temporada compleja en la Fórmula 1, de manera tal de volver con las pilas recargadas a inicios de enero a la sede de Enstone. Entre las cosas que hizo hasta el momento durante su estadía, algunas de las destacadas fueron su presencia en el recital de Airbag en River, una cena con Bizarrap y el partido de pádel que jugó con Carlos Tevez.
En Pilar, Franco fue visto en el gimnasio del club de su ciudad natal, pero también pasó un día con su familia en San Andrés de Giles, localidad ubicada a unos 60 kilómetros de Pilar. Allí, una postal que causó furor en las redes sociales fue la foto de Colapinto en una carnicería de un mercado de barrio usando unas alpargatas y observando los cortes de carne que estaban dispuestos en la heladera del local.
De hecho, el pilarense incluso se sacó una foto con el carnicero, algo que también replicó con algunos jóvenes fanáticos que lo vieron en la calle y no dudaron en pedirle una selfie, en la que se puede apreciar un tetrabrik de leche chocolatada en la mano del piloto. Esta bajada a la vida de barrio fue bien recibida en las redes sociales, donde sus seguidores destacaron la humildad del argentino a pesar de pasarse el año entre los lujos de la F1.
El regalo que recibió Colapinto por Navidad
Antes de su regreso a Argentina, Franco participó de la dinámica del Amigo invisible de la Fórmula 1, que se hizo público antes de Navidad en las redes de la máxima categoría. En el video, los pilotos se intercambian regalos y el que lo recibe debe adivinar quién se lo envió, algo que hizo el argentino cuando le entregaron el obsequió que le mandó Yuki Tsunoda.
Se trataba de un Funko Pop de Red Bull, el muñeco de colección conocido por tener una cabeza desproporcionada en relación con el cuerpo. “Wow, es muy lindo. Tiene una enorme cabeza, así que no creo que le entre mi casco, ja. Gracias, Yuki”, dijo Franco, que reconoció que le gustaría tener su propia versión de sí mismo en un Funko Pop.
