Impacto por la trágica historia de los perros de Carlos Gardel

La última película de Carlos Gardel, que se estrenó luego de su trágica muerte, tiene como actores a los perros que adoptó el cantor gracias a su amigo Alfredo Le Pera. Sin embargo, pocos saben de la fuerte historia de esa raza de animales.

06 de diciembre, 2024 | 18.21

El mítico cantor Carlos Gardel fue un importante actor de películas durante sus últimos años de carrera y uno de sus planes era profundizar en el séptimo arte más allá del tango. Un detalle muy particular sobre el Zorzal Criollo fue la incorporación de sus perros en el guion de Tango Barla película que filmó en 1935, antes de morir trágicamente. Pero muy pocos conocen la historia dramática detrás de esas mascotas.

En el film mencionado, que se estrenó en julio de 1935, tras la muerte de Carlos Gardel en Medellín, hacen su aparición los dos perros de raza borzoi que fueron un obsequio de su amigo personal Alfredo Le Pera. En la trama de la película, el cantor interpreta a un paseador de perros y esos animales le permiten la conquista de la dama protagonista.

Hay una foto, capturada durante la filmación, en la que se ve a Carlos Gardel, de traje blanco, junto al actor Tito Lusiardo y los borzoi. Según repasan los historiadores del Morocho del Abasto, Le Pera había viajado a Europa para adquirir vestuario y decorados para obras de teatro que iba a realizar en Buenos Aires, cuando en París se percató de que los integrantes de la alta sociedad se mostraban con estos galgos rusos de gran tamaño.

Ante esa demostración, el famoso letrista compró 30 perros borzoi para vender en Buenos Aires, pero en el extenso viaje, y como consecuencia del cambio de clima, varios no llegaron a salvo a nuestras tierras. Igualmente, dos de ellos terminaron bajo el cuidado de Gardel y se convirtieron en actores para la mencionada película dirigida por el austríaco John Reinhardt.

Mucho antes de llegar a Le Pera y durante varios siglos, esta especie de caninos fue integrante de las familias de la nobleza y de la corte de los zares en Rusia, sobre todo el zar Nicolas II, quien era un apasionado de esta raza. Por esto, ese animal se convirtió en un símbolo de la aristocracia y del régimen de esa época.  

El nombre proviene de la palabra rusa borzii, que significa veloz, y se caracteriza porque es un perro que para cazar no utiliza el olfato, sino la agudeza visual. Este galgo llegó a Europa a través de regalos diplomáticos que el zar le hacía a otros gobernantes del Viejo Mundo. Pero en 1917, con la Revolución Rusa y el asesinato de los zares, estos canes sufrieron el mismo final y la gran mayoría fue masacrada.

Detalles de la última película que filmó Carlos Gardel

Volviendo a la película que se estrenó luego del fallecimiento de Carlos Gardel, su sinopsis apunta que la acción comienza a bordo de un vapor, con el cantor de tangos Ricardo Fuentes (Carlos Gardel) alejándose de Buenos Aires, arruinado por las carreras de caballos, con destino a Barcelona. Una vez en el barco, el protagonista conoce a la famosa artista Laura Montalván (Rosita Moreno), quien es cómplice del tahúr Zerrillo (Enrique de Rosas), quien despluma a los pasajeros en el juego de las cartas. 

Ambos roban una valiosa joya, Fuentes descubre la situación, pero no los delata por su interés en la actriz. Luego conoce a Ramos (Fernando Adelantado) y convienen en poner en Barcelona un “tango bar”. 

Cuando arriban, lo inauguran y Fuentes contrata a Laura Montalván, para socorrerla en una difícil situación, y convence a la policía de su inocencia. Al tiempo Fuentes vuelve a Buenos Aires, se reencuentra con la artista y le declara todo su amor. A lo largo del film, Carlos Gardel canta los temas Por una cabeza, Los ojos de mi moza, Lejana tierra mía y Arrabal amargo