El rol impensado de Carlos Gardel en la final del Mundial de 1930: ¿argentino o uruguayo?

Carlos Gardel se encontraba actuando exitosamente en Montevideo mientras se desarrollaba el primer Mundial de fútbol de la historia y tuvo un protagonismo impensado.

12 de diciembre, 2024 | 17.36

El cantor de tangos Carlos Gardel era un fanático de los deportes y el Mundial de Fútbol de 1930 fue una cita imperdible para el artista que tuvo un rol fundamental para los finalistas: Argentina y Uruguay. El Zorzal Criollo se encontraba actuando exitosamente en Montevideo mientras se desarrollaba la primera competencia de la historia que organiza la FIFA, por ello aprovechó para visitar a los futbolistas de ambos equipos y lanzó un curioso pronóstico.

En primer lugar, cuatro días antes del debut de Argentina frente a Francia, junto a sus guitarristas, el uruguayo Aguilar y el argentino Barbieri, Carlos Gardel alentó a los cracks argentinos. Entre los convocados estaban el arquero Ángel Bossio, el goleador Guillermo Stábile, el capitán Manuel “Nolo” Ferreyra (ídolo de Estudiantes de La Plata, también llamado “Piloto Olímpico”), Fernando Paternoster, Luis Monti, Francisco Varallo y Carlos Peucelle.

Luego estaban el director técnico Francisco Olazar y su asistente Juan José Tramutola, a quienes el Morocho del Abasto les cantó Corrientes y Buenos Aires. Esto sucedió el 11 de julio, cuando junto a sus guitarristas llegaron a la concentración en el hotel La Barra de Santa Lucía. Según detalló el diario La Razón de la época, Carlos Gardel “llevó al campamento argentino la alegría de sus canciones”.

Además, el músico Barbieri, que había llevado a su hijo Alfredo para que posara en una foto junto al equipo argentino, le contó a La Razón: “Tengo una fe ciega en los muchachos argentinos, son guapos y grandes jugadores. (…) Si llega a jugar en el centro el gran Stábile, no solo ganamos sino que los vamos a llenar de goles”.

Mientras tanto, el local Aguilar declaró: “Yo soy uruguayo, y los de esta tierra juegan al fútbol como nadie. Solo los argentinos son los que pueden ganarnos, pero no hay que olvidar que cuando juegan los celestes hay que abrir la cancha”.

El pronóstico de Carlos Gardel sobre el Mundial de Fútbol de 1930

Por otra parte, el cronista le pidió al cantor de tangos un pronóstico para la final más esperada: “El fútbol es más difícil de acertar que las carreras y ya sabemos que en el hipódromo no acierta nadie. Sin aventurar un pronóstico diré solamente que los rioplatenses serán de los más difíciles y que si llegan a la final, habrá que tirar la monedita para saber quién gana”.

“Ambos son buenos y juegan un fútbol maravilloso y artístico y ahora que veo a los nuestros tan alegres y decididos, cabe esperar que, ganando o perdiendo, lo sabrán hacer como buenos criollos, es decir, con todos los honores”, completó Carlos Gardel, como bien recuerda el historiador Felipe Pigna en una nota de opinión.

Del mismo, cabe aclarar que Gardel también visitó a los muchachos del equipo uruguayo en el club Olimpia, donde compartió con ellos una comida, les contó más de veinte chistes subidos de tono (“verdes”, como se decía por entonces) y les regaló Isla de Flores y La uruguayita Lucía. De los charrúas se despidió en medio de abrazos y deseos de suerte para los “olímpicos”, a los que llamaba “los magos del balón”, apodo que le había puesto también a su amigo, el delantero catalán Samitier. 

El argentino Paternoster, representando a todos los muchachos argentinos, le había preguntado a Gardel si se quedaba a ver el partido clave y le aclaró: “No, muchachos. Quise cantarles unos tangos y nada más. ¡No quiero que haya ganadores!”.

Sin embargo, hubo un campeón aquel 30 de julio de 1930 en el estadio Centenario y fueron los uruguayos que lograron un 4 a 2 a para convertirse en el primer seleccionado campeón mundial de fútbol de la historia.