Para los amantes del chocolate, existe una deliciosa alternativa que no requiere hornear y que es perfecta para esos momentos en los que se antoja algo dulce pero no se quiere pasar horas en la cocina. La torta de chocolate sin horno es una opción rápida, sencilla y deliciosa que sorprenderá a todos con su textura esponjosa y su intenso sabor a cacao. En este artículo, te revelamos el secreto de esta receta que está causando sensación en todo lugar.
El ingrediente sorpresa: batata
Lo que hace que esta torta de chocolate sea única y especial es su ingrediente secreto: la batata. Esta humilde verdura se convierte en la base perfecta para un bizcochuelo suave y esponjoso, mientras que el chocolate amargo le aporta un sabor intenso y delicioso. Esta combinación inesperada es lo que hace que esta torta sea tan irresistible y perfecta para cualquier ocasión.
Ingredientes simples, preparación rápida
Lo mejor de esta receta es que utiliza ingredientes simples y fáciles de encontrar, y su preparación no podría ser más sencilla. Para hacer esta torta de chocolate sin horno, solo necesitarás dos ingredientes principales: batata y chocolate amargo. Con estos dos elementos y un poco de tiempo en la heladera, podrás disfrutar de un postre delicioso y reconfortante.
Paso a paso de la receta
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Preparar la batata: comenzá hirviendo la batata hasta que esté muy blanda y se pueda hacer puré fácilmente. Este paso es crucial para obtener una textura suave y homogénea en la torta.
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Derretir el chocolate: mientras la batata se cocina, derretí el chocolate amargo en el microondas o a baño María hasta que esté completamente fundido y suave.
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Mezclar y procesar: una vez que la batata esté lista, mezclala con el chocolate derretido y procesá la mezcla hasta obtener una crema suave y uniforme. Asegurate de que no queden grumos y de que todos los ingredientes estén bien incorporados.
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Preparar el molde: forrá un molde para torta con papel manteca y verté la mezcla de chocolate y batata en él, asegurándote de distribuirla de manera uniforme.
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Refrigerar: llevá la torta a la heladera y dejala reposar durante al menos 6 horas, o preferiblemente toda la noche, para que adquiera la consistencia adecuada y se asiente completamente.
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Desmoldar y disfrutar: una vez que la torta esté bien refrigerada y firme, desmoldala con cuidado y servila como más te guste. Podés decorarla con crema, dulce de leche, frutas frescas o lo que prefieras.