La mansión de Máxima Zorreguieta en Bariloche es uno de los refugios más exclusivos de la realeza. Ubicada en la Patagonia argentina, esta propiedad ofrece un entorno privilegiado donde la naturaleza y el lujo se combinan. Si bien se mantiene en un perfil discreto, su diseño y comodidades la convierten en un lugar ideal para el descanso de la familia real.
Un refugio privado rodeado de naturaleza
La decisión de Máxima Zorreguieta y el rey Guillermo Alejandro de adquirir una residencia en Bariloche responde al deseo de contar con un espacio de desconexión, alejado del protocolo y la rutina diaria. Bautizada como "Estancia Pilpilcurá", esta propiedad se encuentra rodeada de un paisaje inigualable, con vistas privilegiadas a lagos y bosques. La zona ofrece tranquilidad y privacidad, dos aspectos fundamentales para la realeza.
Además de la belleza natural que la rodea, la mansión de Máxima Zorreguieta cuenta con amplios jardines y senderos que permiten realizar caminatas y actividades al aire libre. Entre las experiencias que se pueden disfrutar, destacan las cabalgatas organizadas por guías locales, que permiten explorar la región de una manera exclusiva.
El diseño y las comodidades de la residencia
La mansión de Máxima Zorreguieta en Bariloche está diseñada para transmitir calma y sofisticación. La estructura combina un estilo europeo con detalles de la cultura local, utilizando madera nativa y textiles artesanales en su decoración. La vivienda dispone de cinco habitaciones, algunas de ellas con terrazas privadas que ofrecen vistas panorámicas al lago Nahuel Huapi.
Uno de los aspectos más llamativos es la iluminación natural que inunda cada ambiente gracias a los amplios ventanales distribuidos por toda la construcción. Además, las suites principales están adornadas con tapices traídos desde Holanda, seleccionados personalmente por la reina para darle un toque especial a la decoración. En 2018, Máxima Zorreguieta supervisó una remodelación en la que se actualizaron algunos de los espacios sin alterar la esencia de la propiedad.
Un lugar exclusivo para la familia real
Desde su adquisición en 2009, la estancia ha sido utilizada como un retiro privado para la familia real de los Países Bajos. Este lugar representa una conexión especial para la reina, ya que le permite compartir con su esposo y sus hijas un espacio ligado a sus orígenes argentinos.
A pesar de contar con la seguridad correspondiente, el entorno permite que la pareja real disfrute de momentos de tranquilidad, alejados del protocolo. En ocasiones especiales, como la Navidad, esta propiedad se convierte en el punto de reunión ideal para la familia, permitiéndoles relajarse en un ambiente único y rodeado de naturaleza.