Aunque para muchos pueda parecer una tarea fácil, cuidar las plantas requiere de muchos cuidados y atención dependiendo de la especie. Sin embargo, hay ciertas reglas a seguir que aplican para todos los tipos de plantas y tienen que ver con la atención que se le pone a la tierra, donde reposan las raíces que le dan vida al arbusto.
Precisamente, mantener la tierra de tus plantas suelta y bien aireada es fundamental para garantizar su crecimiento saludable y una floración abundante. Pero en contraposición, uno de los problemas más comunes en jardinería es la compactación del suelo, lo que dificulta la absorción de agua y nutrientes por parte de las raíces. Para evitarlo, existen diversas soluciones naturales y prácticas que pueden mejorar la estructura del sustrato, garantizando un entorno óptimo para el desarrollo de las plantas.
Una de las formas más efectivas para evitar que la tierra se compacte es agregar arena al sustrato. Este material mejora la aireación y el drenaje del suelo, evitando que se endurezca con el paso del tiempo. Esto es especialmente útil en suelos arcillosos, que tienden a retener demasiada humedad y volverse pesados. La arena permite que el agua fluya con mayor facilidad, evitando encharcamientos que podrían afectar la salud de las raíces. Otra técnica eficaz es la aireación del suelo mediante herramientas específicas, como un aireador de césped. Este procedimiento consiste en realizar pequeños agujeros en la superficie de la tierra para mejorar la oxigenación y facilitar la absorción de agua y nutrientes. Además de prevenir la compactación, ayuda a que las raíces crezcan con mayor fuerza, lo que se traduce en plantas más frondosas y resistentes.
Sin embargo, también existen alternativas naturales como el uso de acolchado con materiales orgánicos. Aplicar una capa de corteza de pino, restos de poda o compost sobre la superficie ayuda a mantener la humedad, regula la temperatura y, a medida que se descompone, aporta nutrientes esenciales al sustrato. Este proceso imita lo que ocurre en los ecosistemas naturales, enriqueciendo la tierra de manera progresiva y fomentando la actividad microbiana beneficiosa.
Anti envidia y mala onda: la hierba mágica que tenés que poner en tu hogar para proteger las energías
Existe una hierba mágica que se aconseja que pongas en tu hogar para protegerlo de la envidia y las malas energías. Según las personas que creen en cuestiones esotéricas, las personas que entran y salen de nuestros hogares vienen cargadas de energías, que pueden ser positivas o negativas. Para prevenir la mala onda, muchas personas colocan esta particular hierba en sus hogares.
Se trata de la ruda, una planta que, según la tradición esotérica, tiene propiedades protectoras y purificadoras. Se dice que la ruda actúa como un escudo contra las malas energías, absorbiendo la energía negativa y alejando la envidia y el mal de ojo. Por esta razón, muchas personas la colocan en la entrada de sus hogares, ya sea en macetas o rincones, para formar una barrera energética.
Otra costumbre popular es llevar una ramita de ruda en el bolsillo o en un amuleto para protegerse de la negatividad en el día a día. Más allá de sus propiedades esotéricas, la ruda es una planta aromática con usos en la medicina natural, utilizada para aliviar malestares digestivos y mejorar la circulación. Además, también es un potente anti coagulante, ideal para reducir los dolores menstruales y ayudar a que la menstruación baje. Sin embargo, se debe tener cuidado, ya que puede ser tóxica si se consume en dosis altas.
Beneficios de la ruda
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Aleja las vibras negativas del hogar, atrae la buena suerte y prosperidad.
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Alivia molestias digestivas, como gases, cólicos, indigestión y dolor de ovarios.
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Mejora la circulación sanguínea.
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Tiene propiedades antiinflamatorias.
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Ayuda a cicatrizar heridas y moretones.