Un pequeño local logró capturar la esencia de la tradición italiana con un toque contemporáneo. Es Sole di Parma, una panadería y focacceria "al corte" que se convirtió en un verdadero fenómeno gastronómico. Ubicada en la antigua casa familiar de sus fundadores, este emprendimiento es mucho más que un negocio: es un homenaje a la historia, la familia y los sabores de la península itálica.


Un legado de sabor y tradición
Detrás de este exitoso proyecto están Martín Gianella y María Cancello, que decidieron revivir el legado familiar con una propuesta que rescata recetas centenarias y las adapta a los tiempos modernos. La historia se remonta a la década de 1950, cuando los abuelos de María, Don Sergio y Doña Violanta, llegaron desde Parma y abrieron su primer negocio. Con su calidez y sus productos artesanales, se convirtieron en un punto de referencia para la comunidad.
Hoy, más de 70 años después, la tradición renace en el mismo hogar donde todo comenzó. La antigua casa, construida con dedicación por Don Sergio, fue adaptada para albergar este rincón gastronómico que invita a una experiencia sensorial única.
Focaccias "al corte" y mucho más
La especialidad de Sole di Parma es su focacceria artesanal, donde las piezas de focaccia son elaboradas con masa madre y una fermentación de 24 horas. El resultado es una textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro. Se venden por porción, una tradición italiana que permite probar distintas combinaciones, como la clásica de pomodoro, mozzarella y pesto de albahaca, la exquisita de pera confitada con queso azul, nueces y syrup, o la de verduras asadas con mozzarella.
Pero la oferta va mucho más allá. Entre los imperdibles se encuentra el pastrami hecho en casa, sometido a un meticuloso proceso de marinado y cocción en sous vide durante 24 horas. También destacan los arancini sicilianos, las berenjenas rellenas de ricota con pesto de rúcula y castañas, y una selección de conservas caseras acompañadas de focaccia recién horneada.
Dulces italianos y desayunos reconfortantes
Para los amantes de la pastelería, el menú de Sole di Parma es una joya. Se pueden degustar especialidades poco comunes en Buenos Aires, como los maritozzi romanos, la torta húmeda Spritz con relleno de naranja y Aperol, o la espectacular torta spumoni, que combina pistacho, chocolate y frambuesas. Un postre que despierta nostalgia es la ciambella, un budín húmedo de queso crema, limón y arándanos, inspirado en la receta de la abuela Violanta.
El desayuno y brunch son otra estrella del local. La carta ofrece desde opciones clásicas como tostadas con queso crema y mermelada, hasta delicias como el chia pudding con frutas de estación o el fosforito relleno de jamón y queso.
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Un espacio con alma
El ambiente de Sole di Parma es tan cálido como su propuesta gastronómica. Con una cocina a la vista, muebles cómodos y un servicio atento, el salón es ideal para compartir una comida en un entorno acogedor. Además, los días soleados invitan a disfrutar de las mesas en la vereda, con un buen café colombiano en mano o un refrescante Aperol Spritz.
Con su combinación de historia, tradición y calidad, Sole di Parma se consolida como un destino imperdible para los amantes de la cocina italiana en Buenos Aires.
- Dirección: Madero 537, Tigre.
- Horarios: De martes a domingo, de 8:30 a 20.
- Instagram: @solediparma.