La gastronomía española sigue ganando espacio en Buenos Aires y suma propuestas que combinan tradición y mirada local. En ese cruce aparece Pasillito, un bar que reinterpreta las tapas españolas desde Palermo y que se consolidó como un punto de encuentro gracias a su cocina, su ambientación y una agenda que amplía la experiencia.
Pasillito y una propuesta que une España y el puso porteño
Ubicado en Gorriti 4391, en pleno Palermo, Pasillito funciona en un antiguo PH reciclado que conserva su estructura original y la resignifica. El proyecto, impulsado por Ramiro Suárez Plata, recupera recetas y costumbres familiares de Pontevedra y las integra en una carta que se adapta a los productos de cada temporada.
Desde el ingreso, el recorrido propone una experiencia particular. Un foyer con barra y cava a la vista marca el inicio, mientras una línea roja guía el camino por los distintos ambientes. El pasillo angosto, que da nombre al bar, se transforma en un corredor gastronómico donde conviven platitos, copas y conversaciones, en sintonía con el espíritu de los bares ibéricos.
Cómo es el espacio y qué experiencia propone
La estructura del lugar se despliega hacia una terraza con sectores bien diferenciados y un salón pensado para reuniones privadas. Cada área mantiene una identidad propia, pero comparte una misma lógica: favorecer el encuentro, el intercambio y una experiencia relajada.
La ambientación combina detalles arquitectónicos originales con una estética cuidada y sin excesos. El servicio acompaña ese clima cercano, mientras la dinámica invita a quedarse, probar distintos platos y extender la visita. En Pasillito, la gastronomía se vive como un recorrido, no como una comida formal con tiempos rígidos.
Tapas españolas, platos principales y postres que definen la carta
La propuesta gira en torno a las tapas españolas, con una carta pensada para compartir. Entre los snacks se destacan las aceitunas al jerez y las almendras garrapiñadas, ideales como apertura. Las Gildas, elaboradas con anchoas de Mar del Plata, se suman a una selección de charcutería y croquetas de Patagonzola.
Dentro de los platitos calientes aparecen opciones como ceviche de gambas y chistorra con miel, papas fritas y huevo a la plancha, platos que combinan sabores intensos y una presentación simple. Para el cierre, la torta vasca ocupa un lugar central, junto al clásico queso y dulce, que funciona como guiño a la tradición.
Vinos, bebidas y una agenda que suma música en vivo
El maridaje es otro de los pilares del bar. La carta incluye vinos por copa y botella cuidadosamente seleccionados, sidra vasca servida de manera tradicional, vermú de la casa y caña tirada elaborada por Hopson. La coctelería suma clásicos y preparaciones propias que acompañan el ritmo del lugar.
Durante diciembre, Pasillito amplía su propuesta con una agenda especial. La música en vivo se hace presente con distintos dúos, mientras que una paella fuera de carta refuerza el vínculo con la cocina española. El cierre del año llega con “Chau 2025!”, una jornada que combina vinos, tapas y música como síntesis del espíritu del bar.
Un nuevo clásico de la gastronomía en Palermo
Con una identidad marcada, una carta que evoluciona y una propuesta pensada para compartir, Pasillito se posiciona como uno de los espacios que mejor interpretan el cruce entre tradición española y lógica porteña. Un lugar donde la gastronomía, el vino y el encuentro se integran de forma natural en el corazón de Palermo.
