Las cortinas de todo hogar son fundamentales para la decoración de cada ambiente y también para hacer que la luz solar no resulte tan invasiva. Para que siempre estén limpias, libre de mugre y ácaros, es fundamental seguir ciertos trucos fáciles de aplicar.
Tener cortinas en los distintos ambientes del hogar es importante porque ayudan a regular la entrada de luz, mantener la privacidad y mejorar la temperatura interior; funcionan como una barrera contra el sol directo, evitando que los ambientes se recalienten en verano y colaborando con el aislamiento térmico en invierno. Además, aportan un valor estético clave: permiten complementar la decoración, dar calidez a los espacios y generar ambientes más acogedores y equilibrados.
Sin embargo, también es fundamental limpiarlas con regularidad, ya que las cortinas acumulan polvo, ácaros y olores del ambiente, especialmente en lugares como la cocina o habitaciones muy transitadas. Una limpieza periódica ayuda a mantener una buena calidad del aire dentro del hogar, reduce alergias y evita que los tejidos se deterioren con el tiempo. Además, cortinas limpias mantienen su color y textura por más tiempo, contribuyendo no solo a la higiene general de la casa sino también a su armonía visual.
Trucos para limpiar las cortinas de la casa
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Sacudir antes de lavar: Antes de llevarlas al lavarropas, dales una buena sacudida o pasá la aspiradora para eliminar polvo y pelusas acumuladas. Esto evita que la suciedad se compacte durante el lavado.
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Elegir un ciclo suave: Usá programas delicados y agua fría o tibia para que la tela no se encoja ni se deteriore. Las cortinas suelen ser sensibles y un ciclo fuerte puede deformarlas.
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Usar detergente suave: Un detergente para ropa delicada ayuda a mantener los colores y la textura. Si tienen olor o manchas leves, agregá un chorrito de vinagre blanco, que también actúa como suavizante natural.
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Lavar con poco peso: No mezcles las cortinas con prendas pesadas. Lavarlas solas evita arrugas profundas y reduce el riesgo de que se enganchen o rompan.
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Secado sin exprimir: Colgalas apenas termina el ciclo, aún húmedas, para que se estiren por su propio peso y no se arruguen. Evitá la secadora, que puede encoger la tela o dañar los ganchos.
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Limpieza rápida entre lavados: Cada dos o tres semanas, pasá un plumero o la aspiradora con accesorio suave. Esto evita acumulación de polvo y prolonga el buen estado hasta el próximo lavado profundo.
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Tratar manchas puntuales: Si hay una mancha específica, aplicá un quitamanchas suave y dejalo actuar unos minutos antes del lavado. Esto evita tener que frotar fuerte y dañar la tela.
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Revisar los herrajes y ganchos: Quitá argollas o partes metálicas antes de lavar para que no golpeen el tambor ni marquen la tela.
