La Ciudad de Buenos Aires está compuesta por 48 barrios, cada uno con su propia identidad y encanto. Sin embargo, hay uno en particular que se distingue por su antigüedad, aunque no es el que muchos imaginan a primera vista. Si bien San Telmo suele llevarse el crédito por su legado cultural y su arquitectura colonial, lo cierto es que hay un barrio aún más antiguo, con más de 250 años de historia, que representa el verdadero corazón histórico de la ciudad.
Se trata del barrio de Monserrat, ubicado en la Comuna 1 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En su territorio se encuentran algunos de los íconos más importantes de la historia argentina, como la Avenida de Mayo, el Cabildo, la Catedral, la Plaza de Mayo, la Plaza del Congreso y la famosa Manzana de las Luces.


Con una extensión de 2,2 km², Monserrat está delimitado por la Avenida Entre Ríos, Avenida Rivadavia, Bartolomé Mitre, Avenida Rosales, Avenida La Rábida, Avenida Ingeniero Huergo, Chile, Piedras y Avenida Independencia. Este barrio es un fiel reflejo del devenir de la Argentina. La emblemática Avenida de Mayo, inaugurada el 9 de julio de 1894, fue concebida para conectar la Plaza de Mayo con la Plaza del Congreso, en un intento de unir simbólicamente el Poder Ejecutivo con el Legislativo. A finales del siglo XIX, en plena ola inmigratoria y con el país emergiendo como una potencia sudamericana, esta avenida se consolidó como un eje clave de la ciudad.
Lo que hace especial a este sector porteño es su fuerte impronta europea, con una gran cantidad de cafés notables y edificaciones de estilo clásico. No en vano, se la bautizó como “la avenida más madrileña” de Buenos Aires, debido a su similitud con la capital española. Lugares emblemáticos como el Café Tortoni, el Palacio Barolo, los 36 Billares y el London City son testigos de esa herencia cultural.
El proyecto de la Avenida de Mayo fue impulsado por el intendente Torcuato de Alvear y diseñado por el arquitecto Juan Buschiazzo, inspirado en la renovación urbana de París llevada a cabo por el Barón Haussmann. La llegada masiva de inmigrantes españoles contribuyó a consolidar su carácter hispánico, con la proliferación de teatros de zarzuela, cafés al estilo madrileño, ateneos y asociaciones literarias. Según la Asociación de Amigos de la Avenida de Mayo, esta influencia fue determinante en la fisonomía del barrio, motivo por el cual suele comparárselo con la Gran Vía de Madrid.
Cuál es el barrio más chico de la Ciudad de Buenos Aires
La Ciudad de Buenos Aires tiene muchísimos paisajes y rincones que se destacan por su estilo único, pero hay barrios que resaltan por ser pequeños, muy turísticos y fáciles de recorrer. Cuál es el barrio más chico de la Ciudad de Buenos Aires.
Delimitado por Chile, Piedras, Caseros, Defensa, Martín García, Paseo Colón, Brasil, el carril sudoeste de Ingeniero Huergo, entre Juan de Garay y Brasil e Ingeniero Huergo, San Telmo, es el barrio más pequeño de la Ciudad con sólo 1,2 kilómetros cuadrados. De los 48 barrios que componen a la Ciudad, además, es de los que menos cantidad de habitantes tiene. Según el último censo, viven aproximadamente 20.000 personas.
Los orígenes de este reconocido barrio porteño se remontan al 1600, es decir dos décadas después de la fundación de Buenos Aires por Juan de Garay y su nombre refiere a Pedro González Telmo, patrono de los Navegantes, fraile dominico que vivió en España en el siglo XIII. Allí se dedicaba a predicar el Evangelio a los navegantes y pescadores de Galicia y Portugal. En el siglo XVII, eligieron a San Pedro González Telmo como su patrono.
Durante los siglos XVII y XVIII Buenos Aires comenzó a expandirse y a poblar este barrio, que comenzaría a llamarse Alto de San Pedro, por su posición más elevada. Sin embargo, de acuerdo al Gobierno de la Ciudad, el barrio sufrió una brusca transformación luego de la epidemia de fiebre amarilla de 1871, cuando fue despoblado por sus familias más pudientes. "Estas buscaron mejores condiciones climáticas y sanitarias en el norte o en el oeste de la ciudad, perdiendo de esta manera el barrio la importancia de antaño".
Con la llegada de los inmigrantes, los trabajadores oriundos de Europa decidieron alquilar las propiedades que se había despoblado y San Telmo quedó en el olvido durante décadas. Aunque tuvo su resurgimiento en el Siglo XX, cuando potenció su desarrollo turístico, cultural y gastronómico que ayudó a mejorar las condiciones del barrio y lo posicionó como uno de los lugares claves para los turistas.
El centro del barrio de San Telmo se compone por la Plaza Dorrego, donde se encuentra la reconocida feria de artesanos. También contiene el Parque Lezama, el Museo Histórico Nacional, la Iglesia Ortodoxa Rusa, la iglesia Nuestra Señora de Belén, el Mercado de San Telmo y el Museo de Arte Moderno, entre otros lugares de interés turístico y cultural.