La película brasileña "Aún estoy aquí", ambientada en la época de la dictadura militar y que narra la historia real de una madre de cinco hijos cuyo marido desaparece, hizo historia el domingo al obtener Brasil su primer Oscar en una categoría importante.
Sin embargo, la película no consiguió el premio a la mejor película, que fue para "Anora", y la actriz brasileña Fernanda Torres no ganó el Oscar a la mejor actriz.
Adaptación de las conmovedoras memorias escritas en 2015 por Marcelo Rubens Paiva, hijo de la protagonista, Eunice Paiva, "Aún estoy aquí" ("Ainda estou aqui", en portugués) comparte la desgarradora historia familiar de pérdida y resistencia frente a la opresión.
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En su discurso de aceptación, el director Walter Salles dedicó el premio a Eunice Paiva y a las dos actrices que la interpretan en la película, Fernanda Torres y su madre Fernanda Montenegro.
"Creo que no es una película que haya sido reconocida. Es una cultura que está siendo reconocida. Es la forma en que hacemos cine en Brasil la que está siendo reconocida", dijo Salles a los periodistas entre bastidores.
La familia Paiva fue una de las muchas víctimas de la dictadura militar de Brasil, que duró 21 años y se instauró tras un golpe de Estado de las fuerzas armadas en 1964. Durante este periodo, miles de personas fueron detenidas, torturadas y cientos desaparecieron forzosamente y muchas fueron exiliadas y perseguidas.
Salles considera que la democracia es cada vez más frágil en todo el mundo.
"Nunca pensé que sería tan frágil en este país", dijo refiriéndose a Estados Unidos. "Y por eso lo que ocurrió en Brasil en el pasado se siente muy cercano a nuestro presente".
La última película brasileña nominada por la Academia en la categoría internacional fue "Central do Brasil" en 1999, también dirigida por Salles.
En 1960, la coproducción entre Francia, Italia y Brasil "Orfeo negro", con un reparto predominantemente brasileño y dirección francesa, ganó la categoría internacional, pero el galardonado fue Francia.
La ceremonia de los Oscar coincidió con el Carnaval de Brasil y, al conocerse la noticia, las calles estallaron en júbilo. Miles de juerguistas, muchos de ellos con estatuillas de los Oscar en la mano o disfrazados de la candidata al Oscar Fernanda Torres, lo celebraron con música, baile y festejos, a pesar de la frustración generalizada por la derrota de Torres.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, publicó en las redes sociales que el premio reconocía un trabajo que mostraba la importancia de luchar contra el autoritarismo.
"Hoy es el día de sentirnos aún más orgullosos de ser brasileños. Orgullosos de nuestro cine, de nuestros artistas y, sobre todo, orgullosos de nuestra democracia", escribió.
Con información de Reuters
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