A pocas horas de que comience el 2025, la NASA dio a conocer un descubrimiento revolucionario: la existencia de un nuevo planeta en el Sistema Solar. Este hallazgo, encabezado por Konstantin Batygin, investigador del Instituto de Tecnología de California, promete cambiar para siempre nuestra percepción del cosmos.
Ubicado más allá de la órbita de Neptuno, este enigmático cuerpo celeste no supone el regreso de Plutón al estatus de planeta, sino que se trata de un objeto completamente nuevo y de gran tamaño. Con una masa estimada entre cinco y diez veces la de la Tierra, su presencia se infiere a partir de los movimientos anómalos de los objetos transneptunianos (TNOs), cuya trayectoria parece estar alterada por su influencia gravitacional.
Aunque la idea de un planeta adicional circuló por más de un siglo, es el equipo de Batygin quien aportó las evidencias más contundentes hasta ahora. Estudiando los patrones de los TNOs, cuerpos helados que se encuentran en los confines del Sistema Solar, los científicos detectaron comportamientos inexplicables sin la intervención de un astro de gran masa. Este descubrimiento sugiere que el Sistema Solar podría ser más dinámico y complejo de lo que se creía.
Sin embargo, confirmar su existencia sigue siendo un desafío significativo. Su lejanía y el escaso reflejo de luz solar hacen que sea prácticamente indetectable con los telescopios actuales. Por esta razón, la NASA está desarrollando planes para construir un telescopio de nueva generación, diseñado específicamente para explorar las regiones más remotas del cielo. Este instrumento será crucial para mapear y localizar este misterioso objeto con precisión.
Qué características debe tener un "objeto" para considerarse un planeta
No todos los cuerpos celestes pueden ser catalogados como planetas. De acuerdo con los estándares establecidos, un objeto debe cumplir ciertos criterios:
- Órbita despejada: debe ser el objeto dominante en su trayectoria, sin compartirla con otros cuerpos significativos.
- Masa suficiente: su gravedad debe ser capaz de moldear su forma y superar la influencia de objetos cercanos.
Un ejemplo de estas reglas es el caso de Plutón, que en 2006 perdió su estatus de planeta por compartir su órbita con otros cuerpos en el cinturón de Kuiper, siendo reclasificado como planeta enano.
El posible descubrimiento de este noveno planeta representa un avance trascendental para la astronomía. Su confirmación no solo ampliaría nuestro conocimiento del Sistema Solar, sino que también podría ofrecer pistas clave para entender mejor los misterios del universo.
Chau Sol: la NASA confirmó cuándo se apagará definitivamente
La ciencia siempre busca adelantarse a los hechos que van a suceder, anticipándose para dejar en claro lo que está por venir. En este caso, los científicos confirmaron la fecha en la que nuestro querido Sol dejará de existir como lo conocemos hasta ahora. A medida que esa fecha se acerca, es necesario prepararnos para enfrentar el momento en el que nos quedemos sin esta fuente de calor y energía, indispensable para la vida en nuestro planeta.
La desaparición del Sol representa un desafío sin precedentes para la humanidad. Nos vemos obligados a pensar en elementos que hasta ahora no eran una preocupación. Sin este astro, la vida tal como la conocemos no podría seguir funcionando de la misma manera.
La NASA, como organismo dedicado a la exploración espacial, tiene un papel fundamental en este escenario. Debe estudiar otros sistemas similares al nuestro en busca de pistas sobre lo que nos espera. La misión de la NASA no es solo llevar al ser humano lejos de nuestro planeta, sino también investigar otros astros para comprender mejor nuestro destino.
La revista Space, en un artículo elaborado por expertos de la NASA, nos proporciona información precisa sobre lo que ocurrirá. Según sus investigaciones, dentro de aproximadamente 5.000 millones de años, el Sol se convertirá en una gigante roja. Durante esta fase, el Sol cambiará su forma de obtener energía, quemando hidrógeno alrededor de su núcleo, el cual se había convertido en helio. Esta transformación hará que el Sol se expanda más de 200 veces su tamaño actual.
En algún momento, el Sol comenzará a quemar helio, lo que generará pulsos térmicos y pérdida de masa significativa. Aunque esa pérdida de masa era baja en ese momento, la Tierra ya está experimentando consecuencias, como la disociación del agua en nuestra atmósfera.
Será también el momento en el que todo el sistema solar se desvanecerá. Los primeros en desaparecer serán los planetas más cercanos al sol. En ese entonces, la Tierra puede ser el único lugar con vida, aunque de manera remota.
Incluso si logramos sobrevivir a esa fase, la intensa luminosidad del Sol y su poderoso viento estelar en las etapas finales de su evolución acabarían con cualquier atmósfera u océano restante. Si la Tierra logra subsistir, se convertirá en un cuerpo rocoso, una ceniza que orbitará alrededor de una enana blanca.