Al momento de concurrir al supermercado, se puede apreciar que algunos productos disponen de diferentes versiones, pero en la etiquetas apenas es posible distinguir la diferencia entre uno y otro. Esto sucede con el aceite de oliva porque se puede consumir como extra virgen, mientras que otros preparados tienen el nombre de virgen extra.
Así como sucede con las aguas minerales, son muchos los productos que parecieran ser iguales a simple vista, pero después en el contacto con el paladar se termina descubriendo el secreto. Esto puede provocar que muchas veces se produzca un gasto innecesario de dinero, ya que se trata de un producto que no es del agrado del comprador o lo que estaba buscando.


"Como nutricionista, así elijo un buen aceite de oliva. Lo más importante es que se llama aceite de oliva virgen extra porque el nombre extra virgen no se usa hace muchos años", expresó Nutricionista Martín, como figura su usuario en YouTube. En determinados casos, la denominación del tipo de producto puede venir escrito en letras muy chicas o pasa de disimulada en una parte de la etiqueta.
"El Aceite de Oliva Virgen Extra es, dentro de los Aceites de Oliva Vírgenes, el que tiene mayor calidad. Sus niveles de acidez no deben superar los 0,8º, mientras el Aceite de Oliva Virgen tiene niveles de acidez superiores al Virgen Extra, debiendo ser menores o igual a 2º. Este es el primer criterio diferenciador entre estos tipos de aceite, el criterio químico", expresan desde Aceite de Las Valdesas. Además, un aceite con menor acidez es uno que aporta no solo beneficios para la elaboración de comida sino también para la salud del cuerpo.
Los aceite de olvida que no deben comprarse
Si bien, hace un tiempo salieron de circulación puede que algunos supermercados de cercanía o de barrio sigan disponiendo de dos marcas de aceite de oliva que fueron prohibidas por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) después de que se detectarán que eran ilegales. Los productos no se encuentran aptos para su fabricación y puesta a la venta.
Todo comenzó con la denuncia de una persona porque el consumo del aceite de oliva extra virgen de San Cayetano le había provocado dolores estomacales. Esto permitió identificar que se trata de el producto estaba dado de baja en el Registro Nacional de Producto Alimenticio (RNPA). Mientras que la otra elaboración corresponde al aceite de oliva extra virgen de Valle Gran. En ambos casos, los productos no cuentan con los requisitos necesarios para lanzarse al mercado y ser consumidos por las personas.